Ciertamente el comportamiento del presidente Andrés Manuel López Obrador hacia el presidente Donald Trump es del hermano menor que sigue los pasos del hermano mayor. Seguramente afirmar esto hace seis meses hubiera molestado muchísimo al mandatario mexicano y a sus seguidores, pero los resultados de la encuesta nacional que publica esta semana El Financiero sobre la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador nos señala un cambio de actitud. "El 47 por ciento de los entrevistados en una encuesta nacional de El Financiero califica como un éxito la visita del presidente López Obrador a Donald Trump en Washington DC, mientras que 25 por ciento la considera como un fracaso y 28 por ciento no tiene una opinión al respecto". ¿Por qué sorprenden estos resultados? Porque es un riesgo para cualquier gobernante vincular su imagen política con la del controvertido presidente de Estados Unidos. En el caso de México y los mexicanos, Trump no es aliado, al contrario, ha sido abiertamente agresivo y ofensivo a la comunidad migrante, y ha hecho aseveraciones ofensivas hacia México. Y seguramente retomará esta retórica de odio faltando menos de cuatro meses para las elecciones presidenciales.
Por eso, no sólo sorprendió la visita, hubo un momento en particular que resaltó la relación entre ambos mandatarios, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador agradece públicamente al presidente Trump durante la visita: "Por eso estoy aquí, para expresar al pueblo de Estados Unidos que su presidente se ha comportado hacia nosotros con gentileza y respeto".
Es primordial entender un aspecto fundamental de la relación entre los presidentes de México y Estados Unidos: visitar a Trump no fue una decisión pragmática del presidente López Obradores buscando evitar algún castigo o presiones que podrían impactar el TMEC. Aquí AMLO no es víctima de un bully.
Andrés Manuel López Obrador se identifica con Trump y su estilo de gobernar. Y al igual que otros gobiernos populistas que buscaron acercarse a Trump, como el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y el recién reelecto presidente de Polonia, Andrzej Duda, para fortalecer su imagen y justificar sus controversiales estrategias ante Covid, enfrentamiento social, ataque a la oposición y cuestionamiento de los medios de comunicación.
Andrés Manuel López Obrador ve en Donald Trump como un modelo a seguir, un hermano mayor.
Por esa razón es importante seguir muy de cerca el actuar del presidente Donald Trump, porque seguramente nos está dando pautas para anticipar y entender el comportamiento del presidente de México en los siguientes años, especialmente ante la crisis de salud.
Además de subrayar un estilo de liderazgo autoritario, divisivo y sin respeto al Estado de derecho, también hay que señalar la debilidad de los asesores y secretarios que rodean ambos mandatarios. Adicionalmente los dos presidentes han demostrado incesantemente que no creen en los intelectuales, académicos, profesionales con experiencia, ni en los científicos. Este último comentario es importante porque estamos observando cómo ahora el presidente Donald Trump y la Casa Blanca cuestionan a uno de los asesores científicos, el doctor Anthony Fauci, director del National Institute of Allergy and Infectious Diseases, por el hecho de que abiertamente está cuestionando las aseveraciones y la decisión del presidente Trump. El golpe avisa, el subsecretario de Salud, el doctor Hugo López Gatell, ante las críticas de sus mismos colegas de la Organización Mundial de la Salud y Organización Panamericana de la Salud, tendrá que decidir aceptar los lineamientos del presidente López Obrador atendiendo sus intereses políticos, o el doctor López Gatell cumplirá con su responsabilidad científica de contradecir los dichos y las actuaciones del presidente López Obrador. ¿Será que por fin el doctor López Gatell le llamará la atención a López Obrador por no usar cubrebocas? La evidencia es incontrovertible sobre el uso de cubrebocas para detener la transmisión del Covid-19. ¿Quién le va a decir al presidente de México que tiene que usar un cubrebocas?
Ambos presidentes a diario se deleitan en atacar a los medios de comunicación, asegurando que la forma en que éstos reportan es amarillista y buscan asustar a la población. ¿Continuará el doctor López Gatell politizando la información para satisfacer las preocupaciones políticas de López Obrador?
El hermano mayor Trump le está marcando la pauta al hermano menor. Y lo peor de todo es que López Obrador piensa que esto lo beneficia a él y a México.