Hay quienes piensan que la tecnología debe ser estrictamente regulada, mientras que otros opinan que la innovación necesita tener suficiente espacio para desarrollarse. Lo que sí es cierto, es que la tecnología avanza mucho más rápido que la regulación y el diálogo para regular la Inteligencia Artificial (IA) o AI por sus siglas en inglés, apenas está comenzando.
La tecnología es el motor del desarrollo, pero aún existen una gran cantidad de riesgos asociados a ella. No todo el mundo tiene el mismo acceso a dispositivos, una gran cantidad de la población aún es tecnológicamente analfabeta y con frecuencia, los criminales son los primeros en hacer uso de los nuevos avances en perjuicio de la sociedad.
Las conversaciones para regular la IA ya iniciaron, el Parlamento Europeo está sentando precedente de lo que serán las primeras regulaciones con el AI Act. El enfoque se encuentra en los usos que se le podrá dar a la IA dependiendo el riesgo que genere. En México ya se presentó una Ley para la Regulación Ética de la Inteligencia Artificial para los Estados Unidos Mexicanos, que más que regular la IA propone crear estructuras y estándares éticos.
Para que esto pueda avanzar en el futuro, hay tres acciones claves que tienen que ocurrir antes. Primero, quienes legislan deben de contar con un conocimiento amplio de las implicaciones, los usos y los retos de la Inteligencia Artificial. Es indispensable involucrar a los expertos y a las empresas de tecnología que están liderando el camino. Este no es un trabajo únicamente para los legisladores.
Segundo, debemos definir lo que es la Inteligencia Artificial, esto ha sido una discusión muy larga en la que aún no hay un acuerdo universal. Además, esta definición deberá de tener la flexibilidad de avanzar y adaptarse tan rápido como la propia Inteligencia Artificial.
Tercero, la colaboración global será clave. La Inteligencia Artificial no tiene fronteras, las reglas deben de crearse de manera colaborativa, de lo contrario será imposible aplicarlas. Lo que acuerde el Parlamento Europeo servirá como base para el resto del mundo. Esta legislación será definitivamente un reto global, en el que la cooperación entre gobiernos será esencial.