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De los Memes a las Urnas

La influencia de los memes en la política se vuelve más evidente y aunque caducan casi al mismo tiempo en el que se vuelven virales, los memes dan el pulso del momento en la opinión pública.

Los ojos del mundo están puestos en las elecciones de Estados Unidos, y de aquí a noviembre seguiremos viendo a los candidatos en campaña. En un ciclo electoral cada vez más influenciado por la cultura digital los memes se han convertido en un poderoso indicador del pulso popular, ofreciendo un vistazo rápido a las corrientes de opinión que dominan las redes sociales. La influencia de los memes en la política se vuelve más evidente y aunque caducan casi al mismo tiempo en el que se vuelven virales, los memes dan el pulso del momento en la opinión pública.

El fenómeno de los memes no es nuevo, pero su capacidad para captar la atención y generar conversación en tiempo real ha alcanzado nuevas alturas en la era digital.

El mes pasado, el lanzamiento del álbum “Brat”, de la cantante británica Charli XCX, rápidamente se convirtió en el hit del verano y el favorito de millones de fans. A los pocos días ‘Brat’ estelarizó inesperadamente en la política cuando la cantante describió a la vicepresidenta Kamala Haris como ‘Brat’ haciéndole un cumplido. Esta mención no solo destacó la intersección de la cultura pop con la política, sino que también llevó a la campaña de Harris a adoptar la estética y los colores del álbum, transformando la imagen de la candidata en las redes sociales y en “X”y provocando una avalancha de apoyo visual en verde.

Aunque los memes son cada vez más efímeros, esto nos lleva a plantear una pregunta crítica: ¿realmente tienen un impacto duradero en las elecciones? Aunque los memes pueden generar gran visibilidad y conversación, su vida útil suele ser extremandamente corta, y el apoyo en línea no siempre se traduce en resultados electorales concretos. La relación entre los memes y los eventos políticos se ha demostrado en incidentes anteriores. No podemos olvidar las imágenes del atentado a Donald Trump donde la rapidez con la que se difundieron dio la vuelta al mundo. La cantidad de memes tanto de ataque como de apoyo, fueron el referente para muchos, sin ni siquiera saber lo que estaba pasando. Y esa es la realidad de hoy, ya no es raro enterarse de una noticia por medio de un meme.

El desafío para las campañas es discernir entre el apoyo genuino y el ruido digital. La autenticidad es crucial; cuando las campañas intentan capitalizar excesivamente en tendencias virales, pueden terminar perdiendo conexión con su base. Los memes, aunque son poderosos, tienen fecha de caducidad, y la autenticidad a menudo se diluye cuando se convierte en una herramienta de marketing.

Lo que sí es cierto es que el ganador del concurso de popularidad en línea no será automáticamente el vencedor en las urnas, ya que el resultado de las elecciones no se decide en las redes sociales y mientras que los memes dan de qué hablar y mantienen ocupado al público, la realidad está en la recaudación de fondos de campaña, el número de registros al voto, y la participación ciudadana, sobre todo de esos 41 millones de Gen Zers, que votarán por primera vez, tienen un papel crucial en definir el futuro político del país, y su participación activa y consciente será un factor determinante.

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