Directora del Think Tank Early Institute.

Cuidar la salud mental de niños, niñas y jóvenes ante pandemia

Con el cierre de las escuelas, niños, niñas y jóvenes dejaron de reunirse afectando su capacidad para aprender e interactuar.

A dos años de la aparición de Covid-19, sin duda una de las alertas más apremiantes para atender es la salud mental, en particular de los más vulnerables. En una revisión de estudios sobre los efectos de la pandemia titulada Global prevalence and burden of depressive and anxiety disorders in 204 countries and territories in 2020 due to the COVID-19 pandemic, la revista médica The Lancet analizó la situación de los trastornos de la depresión severa y la ansiedad. Los estudios revisados comprendieron de enero de 2020 a enero de 2021, encontrando un aumento importante de casos: se estima que, en el tema de la depresión severa, se dieron 53 millones de casos adicionales y en cuanto a los trastornos de ansiedad se alcanzaron 76 millones de casos adicionales en todo el mundo en un año.

La investigación indica un mayor impacto en las mujeres por ser más propensas a las afectaciones sociales y económicas de la pandemia. Durante el confinamiento, posiblemente fueron cuidadoras de los enfermos en casa y en ellas recayeron las responsabilidades del hogar ante el cierre de escuelas, lo que derivó en desempleo o disminución del salario. En otros casos pudieron haber sido víctimas de violencia doméstica.

De igual modo, el estudio apunta un aumento de afectaciones en niños, niñas y jóvenes. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la pandemia derivada por Covid-19 “ha provocado la interrupción más grave de la historia en los sistemas educativos” y, en ese sentido, con el cierre de las escuelas este grupo social dejó de reunirse afectando su capacidad para aprender e interactuar.

Son ellos los de mayor preocupación, pues según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 13 por ciento de los adolescentes de 10 a 19 años padece un trastorno mental diagnosticado y son, precisamente, la ansiedad y la depresión los padecimientos más comunes en este grupo (40 por ciento de los trastornos de salud mental diagnosticados).

Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en su informe Estado Mundial de la Infancia 2021: En mi mente: Promover, proteger y cuidar la salud mental de la infancia señala que: “En todo el mundo, los trastornos mentales son una causa importante de sufrimiento que a menudo se pasa por alto y que interfiere en la salud y la educación de los niños y los jóvenes, así como en su capacidad para alcanzar su pleno potencial”.

La investigación de The Lancet estima que los países más afectados por el incremento de casos de depresión aguda y ansiedad son América Latina y el Caribe, el norte de África y Medio Oriente, y el sur de Asia, regiones en las que se han dado altas tasas de infección.

Ante los retos que ha traído la pandemia, en Early Institute afianzamos nuestro compromiso por mejorar la salud integral de niños, niñas y jóvenes y hacemos un llamado para asumir nuestra responsabilidad colectiva en el cuidado de sus estados físico, mental, emocional, social y espiritual.

COLUMNAS ANTERIORES

A 10 años de la Ley de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes
Prohíbe gobierno de Australia acceso a redes a menores de edad

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.