Con el tiempo, el uso de las redes sociales ha despertado un interés por ser estudiadas desde diversos ángulos. Si bien se han identificado ciertas aportaciones en ámbitos como la publicidad y la mercadotecnia, es un hecho que también existen riesgos considerables en sus usuarios, sobre todo cuando se trata de menores de edad.
Hoy, la empresa de Mark Zuckerberg, Meta, posee las redes sociales más importantes a nivel mundial, Facebook e Instagram, captando a tres mil millones de usuarios. El crecimiento de estas herramientas ha provocado que su dueño sea demandado por distintas razones, siendo los últimos reclamos los relacionados con la salud mental y la seguridad de las plataformas a los miembros más jóvenes, en particular de los niños, las niñas y los adolescentes.
Apenas en febrero de 2024, Zuckerberg fue requerido por el Senado de Estados Unidos para responder a los cuestionamientos que los legisladores le dirigieron sobre el impacto que tienen las redes en la población infantil. Específicamente, el senador republicano, Ted Cruz, cuestionó las políticas de Instagram para evitar que se difunda contenido que pudiera relacionarse con el abuso sexual infantil.
Para dimensionar esto, hay que decir que Instagram no permite que un menor de 13 años tenga su propia cuenta, sin embargo, no hay ninguna restricción para que un adulto genere contenido en el que se exponga a un niño o una niña. El problema de esto es que en el afán de conseguir el mayor número de seguidores o intentar catapultar una supuesta carrera como modelo o influencer, suelen ser los padres o tutores de los niños y las niñas quienes los exhiben sin la menor precaución. Se estima que Instagram tiene dos mil millones de usuarios.
En un estudio de The New York Times se habla de que en esta red, las madres y los padres que buscan la fama en internet de sus hijos e hijas, llegan a mercantilizar sus imágenes, abriendo las puertas a problemas mayores como su sexualización, la pornografía infantil y la pedofilia.
La investigación señala que las niñas son más afectadas y son sus propias madres quienes están dispuestas a promover material más explícito con tal de obtener más atención y elevados beneficios económicos.
Otro de los cuestionamientos hechos al dueño de Meta ha sido la implementación de estrategias de comercialización para atraer a una audiencia cada vez menor.
En su defensa, Zuckerberg ha hablado de que están permanentemente implementando medidas de protección con una importante inversión para garantizar la seguridad en línea.
Como se ve, el problema no es un asunto irrelevante y, sin duda, la responsabilidad es compartida. En Early Institute, el único think tank mexicano especializado en la primera infancia para procurar su bienestar, observamos que hace falta más información y vigilancia en el uso de las redes sociales, así como mayor visibilización y conciencia de los peligros a los que se enfrentan los usuarios en este tipo de plataformas. Principalmente, exhortamos a los padres de familia, tutores y cuidadores a ser precavidos en el manejo de las cuentas de sus hijos e hijas y privilegiar su privacidad e integridad física, emocional y psicológica. En la actual dinámica de conectividad, es fundamental la prevención, reconociendo que cualquiera pueda ser víctima de un delito, pero son los niños y las niñas los más vulnerables y los efectos pueden llegar a ser devastadores e irreversibles.