Energía para todos

En ebullición, el sector energético a dos años con AMLO

Atzayaelh Torres dice que en la industria hay confrontación con la iniciativa privada en todos los eslabones de la cadena.

A unos cuantos días de que se cumplan los primeros dos años del Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, el sector energético llega en punto de ebullición.

Hay confrontación con el sector privado en todos los eslabones de la cadena, tanto en los asuntos que conciernen a hidrocarburos, y aún con más intensidad en aquellos relacionados con el sector eléctrico.

Por un lado, la política de confiabilidad del sistema eléctrico nacional, con la que se bloquearon proyectos de fuentes renovables en manos de privados, bajo el argumento del costo que genera su intermitencia, sumado a otros ajustes regulatorios, dieron a luz casi 200 pleitos legales que terminaron por detener la normativa, obligando a que el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) continúe obligado a darles juego a los privados.

Esto, aunado al creciente poder que va retomando la Comisión Federal de Electricidad (CFE), concentrado en un director general decidido a recuperar la posición dominante de la industria a cualquier costo político, tienen a las empresas (principalmente españolas) al borde de un colapso nervioso.

En gasolinas y otros petrolíferos, el asunto no ha sido diferente, el bloqueo de permisos por parte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) ha sido sistemático, contraviniendo su vocación constitucional. Ahí, los gasolineros han aplicado un disimulado, pero constante exhorto a la CRE para que avancen sus permisos. Ante ello, el organismo se ha comprometido a desahogar varios cientos de solicitudes antes de que termine el año, pero va lento.

Para la industria petrolera la tensión es insoportable. Cada vez se ve más lejana la posibilidad de que el Gobierno, vía la Secretaría de Energía, considere lanzar más rondas petroleras en lo que resta del sexenio. Al principio de la administración de López Obrador, se dijo que en 2021 revisarían dicha posibilidad con base en los resultados obtenidos desde la ronda cero de diciembre de 2015; pero públicamente tanto el jefe del Ejecutivo, secundado por la secretaria Rocío Nahle, han puesto en duda la efectividad y el cumplimiento de los compromisos en los 107 contratos de exploración y producción emanados de las ansiadas rondas.

En fin, el golpe de timón fue radical. El primer tercio del sexenio se fue, y sin una reforma profunda, no podremos esperar mucho de las otras dos partes que restan.

Hacia adelante, el enfrentamiento parece no tener fin. Otros sectores como el gas LP ya están en la mira. Parece que pronto se publicarán los primeros ajustes para complicarle a los privados las crecientes importaciones. En la CRE ya trabajan en las sonadas modificaciones a la norma para incrementar el nivel de propano permitido, con la finalidad de favorecer a la molécula de Pemex, rica en este elemento.

Otros que continuarán empantanado son los proyectos de almacenamiento de petrolíferos, quienes cada vez ven más lejos la posibilidad de engancharse a los ductos de Pemex, pese a que existe capacidad para otorgarles el servicio, pero que al competir con sus terminales de reparto, la mayoría no verá la luz.

Así los primeros dos años en el sector energético de la #4T. ¿Qué sigue después del punto de ebullición? Respuesta: se enfría o se consume.

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