Energía con H al Final

Diferencias entre los dos sindicatos

Al igual que en la elección petrolera, la de Silao resulta histórica porque meses antes, los trabajadores votaron por un rotundo NO a ser representados por la CTM.

Esta semana se llevaron a cabo dos de las elecciones sindicales más importantes en la historia moderna de nuestro país.

Por un lado, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) eligió el lunes a su secretario general luego de la salida (por la puerta trasera) de su líder, el multiacusado Carlos Romero Deschamps, a finales de 2019.

Los comicios se llevaron a cabo mediante un proceso por demás innovador, pero a los resultados, poco confiable, que incorporó por primera vez la votación electrónica de los trabajadores desde sus dispositivos móviles.

Esta modalidad, por primera vez aplicada en el país, abrió la puerta para que el mismo sindicato sembrara votos en el sistema, que favorecieron a Ricardo Aldana, tesorero y cercano al exlíder Deschamps, esto de acuerdo con acusaciones de trabajadores hechas llegar a la senadora Cecilia Sánchez, una de las contendientes, quien prometió dar batalla para buscar que se anulen las mismas.

En el otro lado de la moneda tenemos a las elecciones sindicales que se llevaron a cabo en la planta de producción de la armadora estadounidense GM en Silao, Guanajuato, en la que más de seis mil trabajadores eligieron de entre cuatro agrupaciones sindicales, para conferirles la responsabilidad de negociar su nuevo contrato colectivo en el marco de la nueva realidad laboral que trajo consigo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), por el que se busca una igualdad regional en las condiciones salariales.

Al igual que en la elección petrolera, la de Silao resulta histórica porque meses antes, los trabajadores votaron por un rotundo NO a ser representados por la Confederación de Trabajadores de México (CTM), ese organismo opaco y ‘prinosáurico’ que ha sido señalado por organizaciones internacionales, y de Estados Unidos y Canadá, por la serie de faltas sistemáticas que ha cometido por décadas al amparo del poder, y que la reforma laboral emanada del T-MEC le representa el inicio de su caída.

Si bien es cierto ambos procesos son históricos, existe una gran diferencia que debe ser señalada. Nótese el respaldo de los resultados que le dio el Gobierno de la #4T a las elecciones de Silao, que fue escrutado por observadores internacionales, un apoyo con el que no contó la supuesta victoria de Aldana en el sindicato petrolero, quien no tuvo un anuncio oficial ni de su patrón, Pemex, ni de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.

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