Nunca, en ningún sexenio, había sido tan rentable odiar al Presidente de México.
Faltarle al respeto, diseminar mensajes de odio en redes sociales, despotricar irracionalmente por todas y cada una de las cosas que hace, ha sido muy redituable, al menos políticamente hablando, para gran parte de sus opositores.
Es tal la capitalización conseguida de ese odio, que hay quienes esperan construir plataformas políticas, e incluso hasta candidaturas, cimentadas en nada más que una personal animadversión al inquilino de Palacio Nacional.
Las propuestas han pasado a segundo término. La promesa de destruir lo destruido nutre los discursos difundidos, hasta el momento, solo en redes.
Es lamentable pensar que los siguientes meses, meses intensamente electorales, solo escucharemos odio por parte de los opositores a Morena. Quienes se centrarán solamente en barrer la voluntad de 30 millones de mexicanos.
Sin embargo, para hacer más llevaderas las semanas, es necesario comprender que ante la carencia de talento político, propuestas, y empatía ciudadana, el odio es sumamente tentador para armar una campaña, aunque de cualquier forma es inadmisible. Incluso el mismo Maquiavelo explicó que políticamente, el odio no favorece a nadie.
¿Acaso no se dan cuenta que ese mismo odio que capitalizan, es la base del populismo que tanto critican?
Aquellos políticos que comienzan a florecer en las encuestas, deben ofrecer a los ciudadanos algo más que el repudio a un proyecto de nación que solicitó una aplastante mayoría que no los eligió a ellos, sino a aquel a quien se dedican a odiar
Será mejor emplear los recursos en conocer aquello que buscan gobernar, en vez de erigir castillos de arena que se vendrán abajo en la primera marea alta que genera su propio odio.
Llama la atención que una de las principales lecciones en 2018 fue la indispensable conexión con los votantes. De ahí que para 2024, aquellos que aspiren a ser votados, deberán aportar más que odio en su intentos por establecer ese vínculo con la ciudadanía, pues ¿qué se puede construir con base en el odio?