¿Acaso la militancia de Morena sabe que en menos de tres meses, después de una batalla sin cuartel en redes sociales, tendrán que reagruparse para apoyar a un solo candidato?
La pregunta viene al caso por la serie de acusaciones, algunas hasta de colusión con el narcotráfico, que las granjas de “seguidores” de los Coordinadores en Defensa de la #4T (precandidatos) del partido en el poder llevan a cabo unos contra otros (la mayoría sin sustento), y que dejan poco lugar para pensar en reconciliarse de cara a la elección del posible sucesor, o sucesora, del Presidente López Obrador.
A pesar de que la contienda empieza oficialmente este sábado, y termina el 27 de agosto, los encontronazos entre los simpatizantes de Sheinbaum, con los de Ebrard, con los de López Hernández, y hasta con los de Noroña, et al, son encarnizados, y tienen la única finalidad de desprestigiar, que no de posicionar, a sus preferidos.
En la línea de salida por la definición que llegará el 6 de septiembre a través de una encuesta nacional, parece ser un arranque de carrera atropellado, donde todos buscan meterse el pie y hacer rodar al otro en los primeros metros de la carrera.
Quienes semanas atrás luchaban juntos en contra de la desfigurada oposición, hoy inventan redes de corrupción, enmarañan problemas del pasado, o simplemente denostan sin sustento, a quienes, de acuerdo con el acuerdo firmado, pertenecerán también al próximo gobierno.
Alentados o no por los estrategas de las campañas, el compromiso de no agresión del pasado 11 de junio debería extenderse también a la militancia, pues esos mismos a los que desprestigian, con los que pelean y descalifican, sus votos tendrán el mismo valor en las urnas durante la jornada electoral del próximo 2 de junio de 2024.
A pesar de que las encuestas favorecen claramente a al menos dos de los aspirantes de Morena, aún falta un largo camino para levantar la mano en señal de victoria.
Entre más escalen los enfrentamientos, aumenta con ello el riesgo de una división, poniendo en jaque la ventaja que hoy presumen.
En una primera lectura, el ejercicio de Morena para elegir a su candidato presidencial es ejemplar en su estructuración, sin embargo, urge hacer pactos para garantizar la unidad, ¿o no es ese el llamado que hizo el Presidente López Obrador?