Uno de los proyectos icónicos del presidente que no ha perdido vigencia desde el inicio de esta administración es la construcción de la refinería Olmeca en el puerto de Dos Bocas Tabasco. Cuya construcción fue asignada a la Secretaría de Energía, encabezada por Rocío Nahle, quien renunció ayer para tomar su lugar como una de las precandidatas más fuertes para la gubernatura de Veracruz por Morena.
Esta refinería es el producto del trabajo de miles de personas, a través de muchas empresas (no solo una). Hagamos un recuento. En la larga lista destacan a la cabeza ICA Fluor Daniels (Paquete 1 y 4B), Samsung (paquete 2 y 3), Techint (paquete 4-A), KBR-Hostotipaquillo (Paquete 6-Fase 1), IDINSA-Proyecta Industrial (Paquete 6- Fase 2) así como más de 200 empresas pequeñas que se integraron a los paquetes 5 (almacenamiento) y 6 (Integración, Edificación y Urbanización).
Es una lástima que un proyecto como éste se vea opacado por las mal manejadas estrategias políticas en tiempos de elección, pues si bien los rumores han relacionado a varias de estas empresas a casos cuestionados como Odebrecht, o casos políticos, lo cierto es que esa magna obra es un esfuerzo de muchos, es un trabajo en conjunto, donde no hay una sola pieza clave, o dos o tres, son cientos de factores, además de la propia dirección del proyecto e instituciones que la soportan.
Recordemos que uno de los grandes anuncios que el presidente López Obrador dio durante el Quinto Informe de Gobierno fue el inicio de operaciones de la refinería, sin embargo, es un hecho que estará totalmente lista hasta el siguiente año. Al final de todo, después de sortear una pandemia, los consecuentes problemas de logística, escases de materiales, entre otros… es normal que la población en general se pregunte si la refinería de Dos Bocas va a jalar al 100 por ciento.
¿Y sí va a jalar? ¿Es un megaproyecto como lo venden? Y si lo es, ¿ha roto récords en los tiempos de construcción? Sí, incluso ha sido reconocido por empresas internacionales que la han visitado y han presenciado su construcción en diferentes momentos. La única duda que aun esta por resolverse… es cuándo lo hará.
Tras la salida de Nahle del proyecto se comenzarán a escuchar aún más voces que critiquen la nueva refinería. Buscarán, literalmente, cadáveres en el clóset, e intentarán hacer leña del árbol caído sobre aquellos que ya no tienen voz para defenderse. Lo cierto es que la refinería ha resistido más de 50 auditorías y en cualquier otra parte del mundo, una refinería del tamaño de la Olmeca, hubiera tardado más de 10 años en siquiera ponerse a prueba.