Energía con H al Final

Cuautepec, 'cerro del huachicol'

En el municipio de las tomas clandestinas, ubicado en Hidalgo, gobierna la impunidad; hay sospechosos pero nadie pone orden.

En náhuatl, Cuautepec significa "el cerro de las águilas", pero con el número de tomas clandestinas que se reportan cada año en ese pequeño municipio de Hidalgo, bien podría ser "el cerro del huachicol".

En la conferencia matutina del pasado 18 de junio, que el presidente Andrés Manuel López Obrador dio desde Hidalgo (la entidad más 'perforada' del país), se informó que a esa fecha se habían detectado 869 'picaduras', el doble de las 431 reportadas entre enero y julio de 2019.

Ni siquiera con el endurecimiento de las acciones de vigilancia por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, así como de la Guardia Nacional, se ha podido poner en regla a ese municipio, situación que ya llamó la atención del gobierno federal.

Lo que pasa en Cuautepec es grave, y no es para menos, diversas fuentes se han acercado a este espacio expresando la preocupación de pobladores, quienes temen una tragedia como la ocurrida en Tlahuelilpan, Hidalgo (sí, Hidalgo) en enero de 2019, cuando una toma clandestina que se salió de control le costó la vida a 73 persona y cambió la de otras 74 que resultaron heridas.

Los focos de las sospechas por parte de las autoridades apuntan a la empresa local Transcamello, una distribuidora de gas LP perteneciente a Juan Pedro Olmedo Morgado, que ha prosperado notablemente en el último año, y que de acuerdo con testigos, prefiere mover su mercancía de noche, guardando sus pipas en instalaciones donde presuntamente las rellenan. Nadie denuncia ni los investiga porque les temen.

En esa localidad, la impunidad gobierna con el aval de algunos pobladores. Al respecto, Luis Crecencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional, dijo en la mañanera del 18 de junio que "los delincuentes se han unido a la población para impedir que el personal que anda haciendo sus recorridos, al identificar una toma, se tiene que neutralizar y lo que se busca es que permanezcan", dijo.

Cierto es que el gobierno de México ha logrado resultados importantes en el combate al robo de combustibles, pero en Hidalgo simplemente no se puede, pues es una actividad casi cultural. Lamentable.

¿Más cambios?

Si creían que sólo el gobierno de la #4T quiere cambiarle al marco legal del sector energético, se equivocan. Poco se habla de la iniciativa que presentó Miguel Ángel Mancera en el Senado para modificar el artículo 17 de la Ley de la Industria Eléctrica, con la finalidad de incentivar la generación distribuida o a pequeña escala… me explico.

La generación distribuida se divide en tres modalidades: net meetering y net billing, las cuales están asociadas a un contrato de suministro; y la venta total, que no está asociada a esta figura porque es generación pura que se inyecta a la red, sin un consumo parcial.

La propuesta de Mancera tiene la finalidad de subir el límite de generación distribuida de 0.5 a 1 megawatt (Mw), sin necesidad de pedir permiso. Ahora bien, la propuesta está estructurada en dos partes: la primera corresponde a elevar el límite antes mencionado, y la segunda prevé que en el caso de la venta total se requiera de permiso siempre, o sea que no entraría en la modalidad de generación distribuida y pasaría a ser generación (lo que es en efecto), y tendrían que pedirse los permisos correspondientes.

Paolo Salerno, de Salerno y Asociados, explica que "la propuesta es excelente porque, en caso de lograrse, permitiría a millones de Pymes poder gozar de este régimen, y a su vez implementar estos proyectos, lo cual aportaría mucho a la recuperación económica".

Estaremos atentos al curso de la propuesta, pues hace tiempo se presentó en la Cámara de Diputados y quedó, como expresa Salerno, en "papel mojado". El horno no está para bollos, pero el movimiento trae buenas intenciones (lo que está de moda).

COLUMNAS ANTERIORES

Pero las inversiones siguen llegando
AXA Seguros, en la mira por incumplimiento y fraude

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.