Pemex está llevando a cabo una de las negociaciones más importantes de este año, y no me refiero a contratos con proveedores, ni con calificadoras, vaya, ni siquiera de la refinería hablamos.
La petrolera nacional lleva dos semanas sentándose a la mesa con sus socios involuntarios, aquellos con los que comparte el yacimiento Zama: Sierra Oil & Gas, comprada recientemente por la alemana DEA Deutsche; Talos Energy, así como Premier Oil.
Una fuente cercana al proceso me informó que la negociación se está llevando a cabo con la finalidad de modificar el acuerdo de unificación de yacimientos compartidos firmado en septiembre de 2018.
¿El problema? Pemex no quiere que Talos sea el operador del yacimiento, pues la empresa productiva del Estado considera que ellos pueden generar mejores costos y goza de una popularidad reconocida internacionalmente de ser uno de los mejores operadores en aguas someras; sin mencionar que tiene infraestructura suficiente a solo 30 kilómetros del yacimiento.
Además, el argumento mayor, dicen, es que la evaluación de Zama arrojó que 55 por ciento de los recursos se encuentran en la parte de Pemex y que mientras los socios avizoran que pueden iniciar producción en 2023, Pemex dice que ellos lo pondrían a producir desde 2021.
De acuerdo con Pemex, Zama tiene entre 700 y 800 millones de barriles recuperables de petróleo crudo equivalente y ha sido referido como el descubrimiento más grande que haya hecho, hasta el momento, las petrolera privadas que operan en el país.
De lograr el acuerdo, en el mejor escenario de Pemex, espera echar mano de 80 mil barriles diarios dentro de los primeros dos años de desarrollo.
El asunto avanza rápido, pues Pemex tiene un alto interés por razones obvias, en la meta de 2.6 millones de barriles diarios de crudo que tienen para final del sexenio, todo suma.
En este sentido, si los socios no quieren aceptar las condiciones, Pemex pedirá que la Secretaría de Energía (Sener) interceda conforme lo marca el capítulo séptimo de los lineamientos para este tipo de procedimientos, publicados por el gobierno anterior en marzo de 2018; ahí, la Sener puede llamar a un tercero independiente que dictamine, aunque no es obligatorio.
Frenan a ‘huachicoleros’
La guerra contra el huachicol debe continuar más allá de los ductos, la persecución de funcionarios es otro de los frentes en que se debe poner atención, pero otro más es el 'lavado' de huachicol en gasolineras, incluso la Profeco ha informado del cierre de alrededor de 300 estaciones de servicio por este tipo de operaciones.
En este contexto, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) trae entre ojos a varios permisos que se han asignado para la construcción de gasolineras, pues en una revisión somera pudieron dar con dos nombres de solicitantes que tienen averiguaciones previas por robo de combustible y sospechan que en meses pasados se otorgaron más. Esto ha requerido de tiempo adicional para revisar los perfiles de los solicitantes. Me dicen que la búsqueda seguirá.