Anderson Report

China, tan lejos o… ¿tan cerca?

Rogelio Ramirez de la O habló del elefante en la habitación: México también tiene un enorme déficit comercial con los chinos y eso podría jugarnos en contra en la revisión del T-MEC.

Sin dudas China será ‘el tema’ dentro de la próxima revisión del T-MEC en julio de 2026.

La guerra comercial con Estados Unidos ha comenzado a soltar esquirlas de este lado de la frontera. Desde los reclamos por parte de Katherine Tai, representante de Comercio Exterior de Estados Unidos que dijo hace unos meses que “la revisión será incómoda”, precisamente por el aumento en las inversiones chinas en nuestro país.

De hecho ya fue uno de los temas de la recién estrenada campaña presidencial de Donald Trump y es de los pocos temas en los que están de acuerdo republicanos y demócratas.

Esta semana, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, puso en contexto nuestra propia balanza comercial y enorme dependencia con China, ya no solo la de Estados Unidos.

“México tiene que hacer su propia revisión de por qué compramos a China 119 mil millones de dólares al año y les vendemos solo 11 mil millones de dólares”, dijo el funcionario en un evento en San Luis Potosí.

No solo eso, somos, de los socios del T-MEC, el país que más depende de las importaciones de insumos chinos: mientras Estados Unidos depende de China en 16.5mpor ciento de sus importaciones; Canadá, de 13.5 por ciento; en México sube a 19.6 por ciento.

El fenómeno explosivo de China, recordó Ramirez de la O en su ponencia, comenzó hace 22 años cuando Estados Unidos les abrió la puerta a este país en la OMC. En este lapso de tiempo la participación china en el mercado mundial fue meteórica a costa de muchos países y fundamentalmente del TLCAN (hoy T-MEC). “La participación de los tres países del tratado en las exportaciones globales cayó del 18 por ciento en el 2000 a 13 por ciento en 2022″, agregó.

A pesar del crecimiento en la producción en toda la región de Norteamérica desde el inicio del tratado en 1994, lo cierto es que en ese mismo período de dos décadas el valor de las exportaciones chinas pasaron del equivalente del 3.6 por ciento del PIB global a 18 por ciento, las de Estados Unidos cayeron de 35 por ciento a 28 por ciento y las de México también, de 2.2 por ciento a 1.5 por ciento.

“Es lógico que tanto Estados Unidos como México estemos reclamando nuestra parte justa de esta demanda mundial” agregó el secretario de Hacienda con más datos y elementos a la mano de los que ha presentado Marcelo Ebrard, el futuro responsable de Economía (y quien deberá estar en las comisiones y en la revisión del T-MEC).

No tenemos que olvidar que más allá de los cantos de sirena de inversiones productivas que puedan desembarcar en el país desde China (sobre todo en el sector automotriz) somos el principal socio comercial de Estados Unidos y el destino de casi 9 de cada 10 dólares que exportamos.

Esta situación ha reflotado -y parece que se mantiene en el siguiente sexenio- del proyecto con el que el presidente tentó a Ramírez de la O para tomar la cartera de finanzas: el Plan México, una estrategia para producir localmente cada vez más de lo que el país necesita para bajar la alta dependencia de importaciones asiáticas.

China nunca estuvo más cerca de México.

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