Anderson Report

Lo que Volkswagen puede enseñarle a los negociadores del T-MEC

Mientras en Europa la marca alemana amenaza con el cierre de plantas y recortes, en México tienen su mejor año y comenzaron a operar como región y ya no en operaciones por países.

El anuncio del duro plan de ahorros del Grupo VW en Alemania contrasta con sus resultados de este lado del Atlántico. Esta semana, el Consejo del emporio automotriz reveló que cerrará tres terminales de las 10 que tienen en su país de origen, más un recorte salarial de 10 por ciento y una ola de despidos. La intención es un recorte de cuatro mil millones de euros ante una difícil situación gremial y de altos costos. “La industria en Europa está en una lucha contra la competencia de Asia y espero que esta se solucione en los próximos meses”, me decía de paso por la CDMX, Holger Nestler, presidente y CEO de Volkswagen de México.

Mientras en el Viejo Continente las ventas del consorcio cayeron 18.8 por ciento y todas las armadoras están teniendo el peor año desde la pandemia, en México, Estados Unidos y Canadá la historia está en las antípodas. “Estamos por cerrar uno de los mejores años de los últimos tiempos, con un crecimiento en ventas de 24 por ciento”, agrega el ejecutivo. Este éxito comercial lo adjudican a su portafolio, a su mix de vehículos destinados fundamentalmente al mercado estadounidense.

Tan buena ha sido la performance de la marca que han cambiado los destinos de exportación para el año próximo. Hasta este año entre 85 y 90 por ciento de la producción mexicana de VW tenía por destino a los tres mercados del T-MEC y el resto se exportaba a Europa y Asia. A partir de 2025, 95 y 97 por ciento de los vehículos made in Mexico se quedarán en Norteamérica, que es en definitiva el que mayores resultados y crecimientos trae para el grupo completo.

Las inversiones más ‘únicas’ las están realizando también en nuestro país: México es el primer mercado en el que VW instala una planta de pintura 100 por ciento sostenible, alimentada con energía renovable y bajo uso de agua, una inversión de 400 millones de dólares para sus instalaciones de Puebla. También duplicaron su planta de fabricación de motores en Silao (Guanajuato), donde su línea de producción lanza un motor cada 47 segundos, unos 700 mil al año. “Al inicio de las operaciones, esta planta producía motores para exportar a nuestras plantas fuera de México, pero a partir de ahora todo será para el mercado de Norteamérica en exclusiva”, me explicaba Holger Nestler.

Ese es su foco y su norte. Han descubierto que el potencial supera los riesgos y puede ser un oasis en medio de su caída en el mercado europeo y de cara a la poderosa competencia de los vehículos chinos. “En VW desde ahora trabajamos en regiones, no en países. Esta es una decisión de esta semana, donde la marca se enfoca en cinco grandes clusters: Europa, Europa Central, Asia, Sudamérica y Norteamérica. Y las decisiones se toman en cada región y no desde Alemania”, agrega el ejecutivo. “Los responsables de negociar el T-MEC tienen que pensar como una región, como un equipo y no desde tres diferentes países que se defienden entre sí”, recomienda.

Esta visión, desde una corporación, puede servir de excelente ejemplo para que quienes comienzan en breve a revisar los pendientes de cara a la ratificación del T-MEC hasta julio de 2026 piensen en el mismo sentido. Si bien estamos en medio del cierre de las campañas presidenciales en Estados Unidos, donde, por un lado, Donald Trump dice que “aranceles es su palabra favorita” o Kamala Harris recuerda que por cuestiones de protección laboral en su país votó en contra del tratado de libre comercio, hay muchas oportunidades versus la invasión de productos asiáticos pensando como una región, como un cluster y no con recelo proteccionista a este acuerdo que cambió la economía de la región.

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