Representante de ONU Mujeres en México y Embajador del Reino de España en México

Mujeres líderes por un futuro igualitario en el mundo de COVID-19

Vemos con preocupación cómo la pandemia agrava muchos de los avances que se lograron en los últimos 25 años en el marco de la Conferencia de Beijing.

Nos encontramos hoy en un momento crítico. Vemos con preocupación cómo la pandemia agrava muchos de los avances que se lograron en los últimos 25 años en el marco de la Conferencia de Beijing. En el caso de América Latina, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, la participación de las mujeres en la economía formal en la región ha sufrido un retroceso de una década.

La crisis derivada de la pandemia por COVID-19, cuyas dramáticas dimensiones estamos viviendo, refleja la urgente necesidad de una respuesta multilateral, coordinada e inmediata. Paralelamente, ha contribuido a evidenciar, con más claridad que nunca, los obstáculos que persisten a nivel global para que las mujeres y las niñas ejerzan de forma plena sus derechos, y los muchos retos pendientes para cerrar las brechas de la desigualdad. Por ejemplo, ha habido un aumento en los trabajos de cuidados no remunerados que asumen las mujeres y las niñas; las barreras para que las mujeres participen en la vida pública; las mayores tasas de desempleo en los sectores económicos donde las mujeres están sobrerrepresentadas, y el incremento de la violencia de género.

El COVID-19 ha permitido hacer visible la contribución y el liderazgo de las mujeres en todas las esferas de la sociedad, incluyendo su destacado rol en la respuesta y gestión de la pandemia. Las mujeres han dado un paso adelante, asumiendo su responsabilidad en primera línea de respuesta, como trabajadoras de la salud, tomadoras de decisiones, organizadoras comunitarias, cuidadoras, defensoras, científicas e innovadoras. Además, se encuentran entre las y los líderes más ejemplares y eficaces en la lucha contra la pandemia y sus consecuencias.

Las mujeres están marcando el camino en la tarea de reconstruir mejor, sin dejar a nadie atrás, a través del ejercicio de liderazgos, que se han descrito como más colectivos que individualistas, más colaborativos que competitivos y más orientativos que imperativos, no sólo en los liderazgos políticos formales, sino también en los comunitarios, desde las organizaciones y redes de mujeres y de los movimientos feministas.

En un contexto agravado por la pandemia, tenemos todas y todos la obligación de responder de manera extraordinaria. Y creemos que la clave se encuentra en fortalecer y garantizar el liderazgo transformador de las mujeres. Cuando más mujeres participan en la vida pública, y cuando hay un ejercicio compartido del poder, aumentan la calidad, la pertinencia y la eficacia de la formulación e implementación de políticas. En palabras del Secretario General de las Naciones Unidas: "La buena gobernanza y la democracia requieren liderazgo y representación inclusivos. Si hay más mujeres en los cargos públicos esa mayor presencia puede influir en las políticas públicas y las prácticas institucionales y hacer que respondan a las cuestiones de género."

El multilateralismo y la cooperación internacional ofrecen la única plataforma para sumar y articular los esfuerzos que contribuyan a que más mujeres puedan ocupar espacios de toma de decisiones, en condiciones de igualdad y en entornos libres de violencia. En este ámbito, destaca la aprobación de la Resolución sobre las Mujeres y Niñas en las Respuesta al COVID-19 ante la Asamblea General de Naciones Unidas, que presentó España y copatrocinaron varios países, incluyendo México.

Para la Embajada de España en México y para ONU Mujeres, resulta de la mayor relevancia apoyar y promover esfuerzos que contribuyan a la consolidación de una democracia paritaria, transformadora y con las mujeres en el centro de todas las políticas.

Nos encontramos en un momento de cambio transformador. Es un momento de acción para hacer realidad las expectativas pendientes de las mujeres y niñas en el mundo. Nuestra responsabilidad es grande. Por ello, todo lo que hagamos durante y después de la crisis de COVID-19 debe tener por objetivo construir economías y sociedades más igualitarias, equitativas, inclusivas y sostenibles. Este 8 de marzo retumbaron en todo el mundo el clamor de millones de mujeres exigiendo reconstruir mejor nuestro futuro. Hoy, conjuntamente, todas y todos debemos garantizar que esa tarea global sea a la vez reconstruir con igualdad. Sin una actuación conjunta no podremos tener éxito.

COLUMNAS ANTERIORES

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.