Benito Solis

La economía inicia paulatina recuperación, pero existen riesgos

El principal efecto negativo de la reactivación económica global es el riesgo de una mayor inflación que se reflejaría de manera inmediata en tasas de interés más alta.

El autor es economista.

Esta semana se tendrán las reuniones del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional en las cuales se detallarán los elevados costos que ha tenido la actual pandemia, pero se enfatizará que ya inició una paulatina y progresiva recuperación económica. Se verá que un factor fundamental en el crecimiento esperado para este año depende de la velocidad del avance en la vacunación universal. Los gobiernos que serán los más exitosos en el proceso y en el apoyo a las empresas serán aquellos que obtendrán las tasas de crecimiento más elevadas para sus economías.

Sin embargo, se ha iniciado una tercera ola de contagios en las naciones desarrolladas, que se transmitirá paulatinamente a los demás países, por lo que todavía no es claro el impacto total y final de la enfermedad. Es posible que este optimismo en la reactivación no pueda ser compartido por todos, ya que no será homogéneo.

Destaca de manera positiva la estrategia que han seguido la mayoría de las naciones más avanzadas de apoyar la sobrevivencia de las empresas, para que una vez superada la pandemia puedan recuperar de manera rápida su producción y la creación de empleos. Estos apoyos se han dado por medio de subsidios directos a las empresas así como créditos sin intereses, también proporcionando complementos a los sueldos y salarios para que no se despidan a los trabajadores, así como subsidios directos a las personas e incrementos de liquidez al sistema financiero. En algunos casos se les ha proporcionado a las empresas hasta 70 por ciento de los sueldos de los trabajadores para que no los despidan.

A pesar de lo anterior, la economía global tuvo una actividad de -3.5 por ciento el año pasado, pero se espera una recuperación en 2021 superior a 5.5 por ciento. Por su parte, la economía de México, entre las mayores del mundo, fue una de las que tuvo peor desempeño con un -8.5 por ciento en 2020; aunque se espera que pueda crecer por arriba de 4.3 por ciento en el presente año.

Por la manera en que se manejó la pandemia y la falta de apoyos para las unidades productivas, el costo en términos de empleos perdidos y empresas que no han sobrevivido es muy elevado. El Inegi estima que la crisis obligó al cierre de 20 por ciento de los establecimientos censados. Esto es equivalente a un millón de micro, pequeñas y medianas empresas, en donde laboraban casi 3 millones de personas. Con esto se pasó de 4.9 millones de establecimientos a 3.9 millones existentes al tercer trimestre del año.

Las economías de China y de Estados Unidos están encabezando la actual recuperación económica global. En el caso de este último es de destacar la velocidad del proceso de vacunación universal que ya está teniendo un impacto positivo en México.

Por otro lado, el presidente estadounidense anunció un apoyo adicional a la economía por 1.9 billones de dólares, que representan 10 por ciento del PIB, que junto con los anteriores programas llegan a una cuarta parte del PIB total. Adicional a lo anterior se acaba de anunciar un nuevo plan de inversión en infraestructura por 2.2 billones de dólares a ejercer en los siguientes ocho años. Debido a nuestra cercanía geográfica, parte de esos recursos adicionales pueden elevar nuestras exportaciones de todo tipo, así como reflejarse en incremento en los ingresos turísticos y en remesas y otros conceptos más, tomando las decisiones correctas. Por otro lado, se mantiene la tensión comercial entre Estados Unidos y China, lo cual podría traducirse en mayor inversión extranjera en México.

Tal vez el principal efecto negativo de la reactivación económica global es el riesgo de una mayor inflación que se reflejaría de manera inmediata en tasas de interés más alta. Debido a la desconfianza que han generado las distintas políticas y al cambio en las reglas del juego para los inversionistas, así como la inseguridad en general en nuestro país, se tienen tasas de interés más elevadas que en los países desarrollados. La mayor inflación global obligaría que las mismas se eleven aún más, teniendo un efectivo negativo en el gasto público. Esto impactará en un mayor déficit público o en recortes adicionales en el resto del gasto público con su consiguiente impacto negativo en la actividad económica.

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