Benito Solis

Acentúa debate sobre políticas expansivas en países desarrollados

Existe consciencia de que bancos centrales y gobiernos deben ‘normalizar’ las políticas económicas, pero hay temor de que regrese un entorno recesivo.

GINEBRA, Suiza.− El colapso del sistema bancario en Estados Unidos, que se detonó con la quiebra del grupo financiero Lehman Brothers, en septiembre de 2008, rápidamente se contagió al resto del mundo desarrollado e inició una grave crisis, solo comparable con la ocurrida en 1929.

Para evitar que se repitiera un colapso económico igual o peor al sucedido un siglo antes, con su secuela de recesión, desempleo y quiebra de empresas, los diversos gobiernos y bancos centrales iniciaron diversas políticas expansivas. Las mismas tenían como objetivo evitar la quiebra de sus bancos y que pudieran seguir funcionando de manera normal. México fue uno de los países en donde no hubo colapso de ningún banco, situación contraria a lo que sucedió en Estados Unidos (donde la mayoría de los grandes bancos tuvieron que ser apoyados por su gobierno a través de distintos canales y varias centenas de medianos y pequeños bancos quebraron, por lo que la FDIC tuvo que apoyar a los ahorradores de los mismos). Situación parecida ocurrió en Alemania, España y muchos países más.

En la medida en que cada país superaba su crisis financiera, se empezó a evaluar o se iniciaron los distintos procesos de ‘normalización’ paulatina, que consistía en reducir las distintas políticas monetarias y fiscales expansivas. Sin embargo, la aparición del coronavirus y la concientización de su gravedad paralizó de manera súbita las distintas economías en 2020, posponiendo la regularización de las políticas públicas. Gobiernos que no tomaron las correctas medidas para enfrentar la pandemia y que consideraron que no era grave la situación, provocaron elevados costos en términos de recesión y de pérdidas de vidas humanas, como ha sido el caso en Estados Unidos, Brasil, India y el mismo México.

La crisis de salud ha detenido e incluso revertido el proceso de ‘normalización’ de las políticas monetarias y el consecuente aumento de las tasas internas de interés, para no agravar la crisis económica. Aquí en Suiza el gobierno estuvo muy preocupado con la posible quiebra de empresas, que representarían la pérdida permanente de empleos, por lo que en unas pocas semanas inició un programa de créditos a las empresas con cero tasa de interés a cinco años, así como el pago de hasta 70 por ciento de los sueldos de los trabajadores que se pensaban despedir, para permitir que siguieran laborando, con estrictas condiciones como prohibir la entrega de dividendos a los accionistas y otras más. Por otro lado, es visible la obra pública en infraestructura en todo el país, todo lo anterior con el objetivo de evitar una severa crisis económica. Esto ha sido posible debido a que el gobierno tiene de manera regular un superávit fiscal, que puede utilizarse en este momento.

Como resultado de lo anterior, los distintos bancos centrales de los países han seguido adquiriendo bonos públicos y privados en los mercados financieros, emitiendo circulante y presionando las tasas de interés a la baja a niveles cercanos o inferiores al cero por ciento. Esto se ha reflejado en un incremento extraordinario en los niveles de las deudas soberanas, las cuales se han duplicado o incluso triplicado en la última década. Se estima que más de la mitad de los bonos con grado de inversión de los países desarrollados tienen tasas negativas de interés.

Este mar de liquidez está distorsionando los mercados financieros, propiciando la existencia de proyectos de poca rentabilidad y elevando el riesgo. Los mismos seguirán funcionando en la medida en que predominen estas tasas de interés, pero tendrán graves problemas de subsistencia en la medida en que se eleve el costo del crédito. Además, esta expansión eleva las tasas de inflación en los distintos países, lo que perjudica a la población con bajos e inflexibles sueldos y salarios o desempleados, agravando así la mala distribución del ingreso y el entorno político.

Existe consciencia de que los bancos centrales y los distintos gobiernos deben de regresar a políticas de ‘normalización’ de las políticas económicas, pero se tiene el temor de que regrese un entorno recesivo en los distintos países. Por un lado, están aquellos que opinan que se deben posponer cambios a las políticas expansivas; mientras que otros dicen que este entorno no puede continuar de manera permanente y entre más pronto se hagan los ajustes, menores serán los costos. Como resultado se mantendrá una alta volatilidad en los mercados financieros en los próximos meses, dependiendo de cuál criterio predomine.

El autor es economista.

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