Benito Solis

Inflación y la tentación de los controles de precios

Los precios en los mercados libres resultan del equilibrio entre la cantidad demandada por los diferentes bienes y la oferta de estos.

La inflación provoca una gran cantidad de daños a los consumidores, así como a las economías, ya que destruye el ahorro, distorsiona el funcionamiento de los mercados y propicia importantes errores en las decisiones de inversión, entre muchos otros males. En el extremo basta estudiar lo que ha pasado en países donde se ha tenido hiperinflación en décadas pasadas, como Grecia, Zimbabue, la antigua Yugoslavia, Alemania y, en la actualidad, Venezuela. Debido a que los precios se duplican en cuestión de algunos días o incluso horas, se han colapsado esas economías.

Sin llegar a estos extremos, la inflación, que se define como el aumento general y sostenido en el nivel de precios, tiene un importante costo económico e incluso político, ya que los ciudadanos tienden a responsabilizar a los gobiernos del incremento de los precios. Es por lo mismo que las autoridades tienen la tentación de imponer controles de precios para evitar que se eleven los mismos.

Sin embargo, por su desconocimiento del funcionamiento de los mercados, en general estos controles provocan mayores costos que los que se pretendían corregir. Los precios en los mercados libres resultan del equilibrio entre la cantidad demandada por los diferentes bienes y la oferta de estos. Para comprobarlo, basta ir y ver lo que sucede durante algunos minutos en las centrales de abastos de las grandes ciudades o en los mercados de valores para notar los cambios en los precios, como resultado de la entrada y salida continúa de compradores y vendedores. Solo la noticia de una helada en una zona productora de hortalizas o un cambio en la calificación de una empresa o de la deuda soberana de un país basta para tener cambios importantes en los precios de los distintos productos o bonos financieros. Toda información relevante se incorpora en los precios provocando un cambio continuo de los mismos.

Los precios son un sistema muy complejo que resume millones de decisiones de quienes participan en los mercados. Qué vender, cómo producirlo y distribuirlo, a quiénes entregarlo, qué consumir, cuándo y en qué cantidades de los millones de productos y servicios que existen en un país como México resultan de los cambios en los diversos precios. Algunos piensan que los gobiernos pueden controlar todo este proceso, pero es más frecuente que provoquen desequilibrios en todo el sistema.

Imponer un control por debajo del precio que resulta del equilibrio del mercado resultará en una menor cantidad ofrecida de los productos y una mayor cantidad demandada. A esto se le llama escasez, es decir, los consumidores no obtendrán la cantidad demandada al precio controlado. Esto provocará la aparición de un mercado paralelo, ilegal y con un precio más elevado del que se tenía con anterioridad. Además, el control de los precios provocará que se reduzca la inversión en esos sectores, lo que agravará la escasez en el mediano plazo.

La conclusión será que en promedio los consumidores terminarán pagando más por los productos con los precios controlados. Para tratar de corregir esto, es frecuente que los gobiernos decidan producir o importar del exterior los productos que escasean. Sin embargo, el producirlos con costos por arriba de sus costos, esto es subsidiarlos, elevará su déficit fiscal o utilizará recursos de otras áreas administrativas, como pueden ser salud, seguridad pública o inversión en infraestructura. Además se propicia la corrupción de quienes aprovechan las distorsiones en los precios.

En los últimos meses la inflación en México ha sido superior a la meta inicial que tenía el Banco Central, por lo cual ha iniciado una política monetaria más restrictiva, es decir, un incremento en la tasa de interés de referencia. Esto tiene un reacomodo en las variables financieras en el país, como es el monto de crédito disponible, menor inversión y costos financieros más elevados para los deudores, por lo que existe el riesgo de que el crecimiento económico sea menor del previsto y del que quisiera el gobierno que se tuviera.

Por lo mismo, existen sectores que piensan que se debería de tener un mayor control de precios en los mercados por parte de las autoridades. Una estrategia más acertada para lograr esto sería por medio de eliminación de los monopolios públicos y privados, es decir permitir que los mercados funcionen mejor, una mayor apertura comercial, reducción de los costos que tienen las empresas, como son los precios de los energéticos y tasas de impuestos menores y más acordes a las que tienen nuestros principales socios comerciales.

El autor es economista.

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