Benito Solis

Creciente y visible deterioro de la economía mexicana

Aunque esta situación es más preocupante en los últimos años, ya se tenía un deterioro en la economía de manera previa.

Al recorrer el país es visible y obvio que se tiene un creciente deterioro de la situación económica en distintas áreas, sectores y zonas. Hay crecimiento en las zonas con viviendas informales, se carece de alumbrado y drenaje en otras, ya es común la delincuencia en zonas urbanas e incluso en carreteras. Por otro lado, hay falta de servicios públicos, de hospitales públicos y privados y los que hay tienen insuficientes medicamentos; carencia de mantenimiento y de inversión generalizados. Baste estar en el aeropuerto o en el Metro de la Ciudad de México en el periodo de lluvias para darse cuenta de esto. Además, hay una caída en la creación de empleos formales y en los salarios reales, con un deterioro en la calidad de vida de los mexicanos.

Aunque cada sector, área y grupo social tiene su explicación particular de porqué existe este deterioro, como puede ser que se hayan tomado malas decisiones o porque los empresarios son malos y los políticos corruptos, o porque el partido político en el poder no sabe lo que hace o porque hay falta de personal o de insumos o la capacitación es deficiente. Hay un común denominador que explica este deterioro: la carencia de suficientes recursos.

Esto es lo mismo en el gobierno que en las empresas privadas, ya que es generalizado el problema que tiene el país de menores ingresos. En el sector público el gobierno recauda cerca de la tercera parte de lo que obtienen los otros gobiernos de la OECD (como porcentaje del PIB nacional). La solución simplista de elevar las tasas de impuestos provoca el resultado contrario al pretendido ya que las empresas, sobre todo las pequeñas y micro, con frecuencia prefieren operar en la economía informal que pagar más impuestos. Además, destaca que más de la mitad de las actividades ya se realizan en la economía informal en México.

Por su parte las empresas privadas han sufrido una contracción en sus ventas y, consecuentemente en sus ingresos en los pasados años, lo cual se refleja en menor creación de empleos y menor capacidad para pagar incrementos en los sueldos y salarios.

La explicación de este deterioro y contracción de los ingresos en la economía nacional es por la falta de crecimiento de la producción. Con gran frecuencia se olvida que el ingreso nacional es igual a la producción nacional (más el ajuste por el sector externo). En la medida en que se incremente la producción y venta de las empresas, aumenta el ingreso nacional, el cual se canaliza a más y mejores sueldos, mayor pago de impuestos locales y federales (lo que resulta en mayor ingreso público), mayores compras de los proveedores, con lo que el mayor ingreso se derrama al resto de la economía, mayores utilidades para los accionistas, mayor ahorro que se canaliza en las instituciones financieras, lo que disminuye las tasas de interés así como una mayor reinversión que se traduce en un mayor crecimiento en los siguientes años.

Sin embargo, al ver las estadísticas del PIB en México, es decir el valor de la producción total de bienes y servicios producidos, se nota que el mismo en la actualidad es cerca de -5.0 por ciento al que se tenía en el año 2018. Si la relación se realiza en términos per cápita, es decir dividiendo lo que le toca a cada habitante, la contracción es cercana a -10 por ciento; es decir, a cada persona le debe tocar una décima parte menos de los que obtenía hace cuatro años. Como las personas con mayor educación y capacitación tienen más acceso y mejores instrumentos para proteger sus ingresos y su patrimonio, lo lógico es que aquellas que están menos preparadas han sufrido una mayor caída en sus ingresos.

Aunque esta situación es más preocupante en los últimos años, ya se tenía un deterioro en la economía de manera previa. Tal vez la explicación ha sido que tener un elevado crecimiento ha dejado de ser una prioridad tanto para los gobiernos como para la sociedad, como era en la década de los cincuenta y los sesenta, o en la actualidad en las naciones de la zona asiática, principalmente en China e India.

En la medida en que no se eleve el crecimiento económico, seguirá el deterioro del país, independientemente del gobierno que esté en el poder. Para lograrlo se requieren incrementos en la productividad de las empresas, tanto públicas como privadas, reducción de sus costos y, sobre todo, una mayor inversión.

El autor es economista.

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