MADRID, España.– Aquí se conoció el dato de la inflación de junio en días pasados, el cual fue de 10.2 por ciento en comparación al mismo mes del año pasado, muy por arriba de los pronósticos previos, que es un porcentaje que no se tenía en esta nación desde hace cuatro décadas. Esto hizo temer que las medidas para controlar el incremento de precios deberán ser más agresivas de lo previsto originalmente, incrementando el riesgo de que las distintas economías tengan no solo una desaceleración sino incluso una recesión en los próximos trimestres. Esto se reflejó tanto en los mercados de valores, como en presiones en las cotizaciones cambiarias, haciendo temer que el euro llegue a cotizarse a la par con el dólar.
El aumento de precios no solo es un fenómeno aislado en el país ibérico, sino que lo están sufriendo también en Gran Bretaña con inflación de 9.1 por ciento, Bélgica con 9.6 por ciento, Estados Unidos con 8.6 por ciento y en el extremo en Europa, que es el caso de Turquía, con una inflación de 78 por ciento. Por su parte, en América Latina varios países tienen incrementos de precios por arriba de 10 por ciento como son Chile y Brasil, mientras que Colombia ya está muy cerca de ese nivel. Destaca el caso de Argentina, nación que ya tiene una inflación de 60 por ciento. En México, la inflación fue el mes pasado de 8.0 por ciento, y no fue mayor por el subsidio que el gobierno federal otorga a la gasolina, lo cual tiene un elevado costo y que es insostenible en el mediano plazo.
En España y Gran Bretaña la inflación está provocando importantes presiones políticas, ya que los consumidores, con frecuencia, responsabilizan a sus gobiernos de la caída en su ingreso real y presionan para lograr cambios en la administración pública. De esta manera el Partido Popular, que es de oposición al actual gobierno en España, ha tenido importantes triunfos de manera reciente y un avance relevante en las encuestas.
Hay que enfatizar que la causa inmediata del incremento global de los precios fue la invasión a Ucrania por parte de Rusia, así como las medidas de represalia de los principales países de Occidente, lo que se suma al impacto por la pandemia del Covid. Por otra parte, la causa mediata o de largo plazo de la inflación es la expansión de los agregados monetarios de los principales bancos centrales de Occidente, que fue seguida por la mayoría de los demás bancos centrales al disponer de mayores reservas internacionales.
Ahora, para poder controlar la creciente inflación los diferentes bancos centrales han decidido no solo desacelerar la expansión monetaria, sino incluso en algunos casos reducir los agregados monetarios. Esto eleva los riesgos de provocar una recesión en las distintas naciones, como sucede en Estados Unidos, en donde es probable que se tengan dos trimestres consecutivos con tasas negativas en el crecimiento del PIB.
Esta reducción en la liquidez eleva las tasas de interés en diferentes porcentajes en todo el mundo y reduce el monto del crédito disponible, lo cual perjudicará a los gobiernos y empresas que estén con elevados porcentajes de deuda y bajos niveles de liquidez. Por lo mismo, en los siguientes meses diferentes entidades y empresas no podrán cumplir con el pago de sus obligaciones crediticias y se verán forzadas a entrar en procesos de reestructuración o incluso de quiebra. Este proceso agravará aún más el proceso inflacionario al reducirse la producción en sectores relevantes de las economías.
En este entorno se ha iniciado un proceso contrario a la globalización, del que se benefició el mundo y los consumidores en las últimas décadas, que consistió en una reducción importante en los costos de las empresas manufactureras como consecuencia de distribuir las distintas partes del proceso de producción en las zonas del mundo que fueran más competitivas, aunque estuvieran lejos de sus principales mercados de consumo. El nuevo entorno político global ha hecho que ahora las empresas traten de instalar sus plantas manufactureras no solo donde se tengan bajos costos, sino que políticamente sean más seguros y que se encuentren en los principales mercados de consumo o cerca de ellos.
En este escenario, México es especialmente atractivo para atraer plantas productivas que estén situadas en China y en el Lejano Oriente, así como en la zona de Europa central y oriental por su cercanía con el mercado más grande del mundo, que es Estados Unidos. Nuestro país podría tener una profunda transformación e incremento en la calidad de vida de su población si se hiciera un proceso activo y deliberado para atraer los millones de empresas en todo el mundo que están interesadas en instalarse en nuestro país. Esto crearía millones de empleos y elevaría los salarios reales para todos los trabajadores.
El autor es economista.