Economista
Londres, Reino Unido. - Este país se prepara para la coronación del rey Carlos III, evento que tendrá lugar en unos días más y que no había ocurrido en las pasadas siete décadas. A quién se invitó, cuántos jefes de estado asistirán, en qué orden entrarán a la ceremonia y miles de detalles más tienen la atención de millones de habitantes de este reino. Mientras algunos opinan que mantener la nobleza es erróneo y costoso, una mayoría se siente orgullosa de sus tradiciones y costumbres, adicionalmente que la ven como una fuente de turismo, de ingresos y de estabilidad política.
Esta nación ha tenido un fuerte ajuste económico en los pasados años, tanto por el Brexit como por la pandemia del Covid y la actual guerra en Ucrania por la invasión de Rusia. El PIB se redujo en 11.0 por ciento en 2020, cuando el Reino Unido salió de la Unión Europea y durante todo ese año se realizaron los ajustes correspondientes. Este hecho fue resultado del referéndum llevado a cabo en junio de 2016, en el cual el 51.9 por ciento de los votantes estuvieron a favor del Brexit, resaltando que los que menos votaron fueron los sectores que más se beneficiaban del mismo, es decir los jóvenes, las clases medias y altas, así como las personas con mayor nivel educativo. A pesar de esto la economía se recuperó en los siguientes dos años, ya que creció 7.6 por ciento en el 2021 y 4.0 por ciento el año pasado, con lo que ya se encuentra por arriba del nivel que tenía antes de la pandemia. Por el tamaño del PIB ocupa el lugar 6° a nivel mundial. Sin embargo, la separación con la Unión Europea ha tenido un costo en varios sectores como el financiero, ya que Londres perdió el atractivo anterior, se incrementó la regulación y se rezagó frente a Nueva York como capital financiera mundial. Otros temas son la falta de personal en sectores como transportes, algunos servicios, sector agropecuario y otros más.
La zona del euro regresa al crecimiento económico, a pesar de las mayores tasas de interés, ya que registró un PIB mayor en 1.3 por ciento en el primer trimestre, en comparación al mismo periodo del año anterior. Aunque menor al 4.5 por ciento de China y al 1.6 por ciento de Estados Unidos, confirma que no ha ocurrido la recesión que varios temían. España e Italia crecieron 0.5 por ciento en ese trimestre, Portugal 1.6 por ciento, aunque Alemania no registró crecimiento e Irlanda bajó 2.7 por ciento.
Tema preocupante es que la inflación sigue reduciéndose, pero lo hace de manera muy paulatina. En abril, los precios crecieron 7.6 por ciento anual en Alemania, 6.9 por ciento en Francia y en España 3.8 por ciento, pero eliminando los precios volátiles el incremento fue de 6.6 por ciento. Los mayores precios de los energéticos y de granos por la invasión a Ucrania fueron transferidos a los consumidores en gran parte, por lo que los márgenes de las empresas se mantuvieron iguales e incluso en varios sectores se elevaron, como fue en el bancario. Esto se confirma al ver los reportes de las empresas en las bolsas de valores.
Entre algunos temas que se comentan aquí está la creciente importancia que tienen los bancos chinos para “lavar” los recursos de los carteles mexicanos, ya que pueden evadir los controles del gobierno norteamericano con el uso de sus sistemas de comunicación, en especial la app china WeChat.
En el aspecto político está el tema de las elecciones presidenciales en Turquía, país que tiene una inflación del 51 por ciento y donde su presidente Erdogan no está de acuerdo con el incremento de las tasas de interés, a lo que se ha opuesto. Destaca que en los pasados cuatro años, se han tenido tres gobernadores del banco central. El candidato de oposición Kemal Kiliçdaroglu ha logrado crear una alianza de seis partidos y en las encuestas tiene un empate técnico con el actual presidente, pero hay el temor de que no se respeten los resultados de la elección.