Benito Solis

Los extranjeros tienden a ser más optimistas sobre el futuro de México

Los extranjeros comparan la situación de México con la de otros países en donde podrían invertir y ven que aquí los riesgos son menores en proporción con las oportunidades.

Por mi actividad profesional trato con frecuencia tanto con profesionistas, inversionistas y empresarios nacionales como extranjeros, sobre todo de países desarrollados. Aunque no se puede generalizar, percibo que hay un mayor optimismo respecto al futuro económico de México entre aquellos que radican en otros países que entre los mexicanos. Esto se refleja en sus decisiones y es una variable adicional que influye en varios eventos, como podrían ser las políticas de inversión (como ejemplo está Tesla o el nearshoring), la escasez de personal en varias zonas del país e incluso en la apreciación del tipo de cambio.

Entre los posibles factores que podrían explicar la diferente percepción sobre la futura situación del país estarían las siguientes:

1) Los extranjeros, principalmente los norteamericanos, piensan más en el presente y sobre todo en el futuro que en el pasado, mientras que los mexicanos tendemos más a ver el pasado y su impacto en el presente. Su enfoque es diametralmente opuesto y es frecuente que mientras aquellos me pregunten qué va a pasar, los mexicanos pregunten cómo es que estamos en esta situación. Tal vez esto sea resultado de los sistemas de educación, en donde aquí se le ha dado una gran importancia a la historia.

2) Los empresarios nacionales han tenido las negativas experiencias de graves crisis económicas sexenales en el pasado y tienen la preocupación de que la situación se pueda repetir.

3) Los plazos de la visión son muy diferentes, ya que mientras unos buscan identificar las grandes tendencias, los locales con frecuencia están estancados en la coyuntura. Se discute lo que dijo el presidente o los secretarios o los nuevos nombramientos, mientras que los otros buscan el crecimiento del mercado en los próximos años o décadas y sus características, así como a la búsqueda de nuevas oportunidades.

4) La inseguridad es una importante variable que ambos grupos perciben de manera muy diferente. No es lo mismo el empresario mexicano que sale temprano de su casa rumbo a su oficina o a la fábrica con miedo de ser asaltado en un semáforo o incluso secuestrado, que el inversionista que radica en Nueva York, Londres o Zurich que espera conocer las utilidades o dividendos de los diferentes países en donde tiene activos financieros.

5) Los inversionistas y empresarios que han canalizado recursos hacia México tienen la protección que les brindan los tratados de libre comercio que sus gobiernos han firmado con el de México, adicionales que los que proporciona las leyes mexicanas. Casos como el del aeropuerto que se canceló, el cual se estaba construyendo en el lago de Texcoco o la restricción a las exportaciones de maíz hacia México han provocado la reacción de diferentes gobiernos, los cuales tienen mecanismos para imponer una presión a México, como son aranceles compensatorios u otros. Así el extranjero percibe un menor riesgo de sus inversiones en nuestro país en comparación con los nacionales.

6) Los extranjeros constantemente comparan la situación de la economía de México con la que existe en otros países en donde también podrían invertir y ven que los riesgos son menores con relación a las oportunidades que tienen aquí. La situación en Nicaragua o Argentina es muy diferente a la que prevalece en México.

7) Los extranjeros tienen la percepción de que cualquier nuevo gobierno aquí tendrá que tomar medidas que propicien el crecimiento, para evitar una grave crisis en los siguientes años. En ese momento, ya será tarde para empezar a buscar oportunidades de nuevas inversiones.

El tiempo nos dirá quienes fueron más acertados.

El autor es economista.

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