PARÍS, Francia.- En esta ciudad han ocurrido importantes manifestaciones en contra del gobierno durante las pasadas semanas, perjudicando una de las principales fuentes de ingresos, que es el turismo. La causa inicial fue el incremento de la edad requerida para obtener la jubilación total prevista en la ley, a los 64 años de edad. El ajuste se haría de manera paulatina, siendo uno de sus objetivos apoyar las finanzas públicas. A esta demanda se han sumado otras, resaltando la exigencia de modificar la actual política económica. Cuando parecía que la situación se tranquilizaba, la muerte de un joven manifestante por un policía volvió a reactivar las manifestaciones en las calles.
Aunque Francia es conocida por sus frecuentes huelgas y protestas sociales por parte de diversos sindicatos, grupos y sectores, en esta ocasión han sido más generales, duraderas y agresivas que las pasadas. Lo que aquí ocurre es un caso más de cómo el cambio en la política monetaria y fiscal está teniendo un impacto importante en las sociedades, así como en los equilibrios políticos, en las empresas y en los gobiernos, así como en los empleos.
Hay que recordar que la política económica de los distintos gobiernos en los países desarrollados fue extremadamente expansiva a partir de la crisis financiera de 2008 y 2009, cuando hubo la quiebra de centenares de bancos y otras instituciones. Esto propició fuertes incrementos en el gasto público, y consecuentemente de los déficits fiscales, pero también la reducción de las tasas de interés a niveles cercanas a cero y en algunos casos incluso negativa.
Lo anterior, permitió la aparición de numerosos programas sociales por parte de los distintos gobiernos, el fortalecimiento de grupos de interés que se beneficiaban con estos recursos e incluso de corrupción derivada de gasto público sin los debidos controles y correcta evaluación de proyectos. Por su parte, se incrementó la inversión en empresas tanto públicas como privadas que solo eran rentables si obtenían el beneficio de tasas de interés tan bajas, incluso por debajo de la inflación.
Esta situación cambia de manera radical por el fuerte incremento de la inflación, lo cual obliga a los bancos centrales a elevar sus tasas de interés, no solo en los países desarrollados, sino en la mayoría de las naciones. Entre los más perjudicados son los mismos gobiernos, por sus elevadas deudas, por lo cual deben de canalizar una mayor cantidad de recursos para el cumplimiento de su servicio. Esto obliga a reducir recursos para otros sectores, como son los servicios médicos, menores incrementos en los sueldos y salarios de la burocracia, reducción de la inversión pública y mantenimiento de las instalaciones del gobierno, así como otros aspectos más, como ha sido muy claro en el caso de México.
Algunos otros gobiernos han optado por realizar el ajuste no solo por medio de reducción del gasto público sino también por medio de incremento en el ingreso, ya sea elevando o creando impuestos y por mayores precios de los servicios públicos, licencias y trámites con el sector público. En la medida en que sigan elevadas las tasas de interés seguirán los ajustes en las distintas economías, así como en las empresas, sobre todo en aquellas muy endeudadas, como es el caso de Pemex en México.
En París se encuentra la sede de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), institución que agrupa a 36 países más desarrollados del mundo, la cual fue dirigida por el mexicano Ángel Gurría por más de una década. En la actualidad de Latinoamérica participan México, Chile, Colombia y Costa Rica y en trámite para incorporarse Brasil y Argentina. Entre sus conocidos reportes destaca el más reciente en el cual pronostica un crecimiento para el actual año de 6.0 por ciento para India, 5.4 por ciento para China y 2.6 por ciento para México y en 2024 espera que India crezca 7.0 por ciento, China 5.1 por ciento y México 2.1 por ciento siendo muy superiores a la media mundial.
El autor es economista.