Madrid, España.- Las economías requieren de reglas claras y estables en el tiempo para poder funcionar de manera correcta y crecer. Esto es así porque cambios frecuentes e inesperados modifican el entorno en el cual se toman decisiones que afectan el presente y, sobre todo, el futuro. Esto es determinante para las inversiones, las cuales tienen costos seguros en el presente, pero ingresos y utilidades inciertos en el futuro, que en ocasiones requieren varios años para poderse compensar. Cambios no esperados y drásticos impactan en el monto y tipo de las inversiones, en el crecimiento y en última instancia en el nivel de vida de la población. Los mismos pueden ser resultado de decisiones políticas, legales o eventos catastróficos como una sequía, incendios o huracanes, como sucedió en Acapulco.
Por ejemplo, en México fue determinante en la economía la cancelación de la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, en la zona de Texcoco y el cual todavía se sigue pagando, lo que reduce los recursos para el mantenimiento del aeropuerto actual. Esto frenó nuevas inversiones hasta tener claridad sobre más cambios importantes, muchas de la cuales ya no se llevaron al cabo. En China, el cambio en recientes leyes permiten que el actual Presidente se pueda sostener en ese puesto, de manera permanente, lo que ha propiciado que diversas empresas revalúen la conveniencia de invertir o incrementar su presencia en ese país y busquen otros lugares en el mundo para realizarlas, como sería en Vietnam o México.
Aquí en España, el presidente Pedro Sánchez no obtuvo los votos necesarios para continuar como responsable del Poder Ejecutivo y para conseguirlos negoció con Puigdemont, expresidente catalán del partido Junts, una ley de amnistía para cerrar los procesos judiciales que tiene en su contra. Entre los mismos se encuentran la malversación de fondos, desobediencia y sedición; para evitar ser encarcelado huyó del país, al igual que otros integrantes de su gobierno y se encuentra en Bélgica. Además, se acordó entregar diversos apoyos a comunidades autónomas, especialmente Cataluña, que se calculan puedan llegar a los 100 mil millones de euros (cercano a dos billones de pesos). La iniciativa anula decisiones tomadas por el máximo tribunal judicial del país y diversos acuerdos logrados con anterioridad.
La reacción social ha sido fuerte y alrededor de dos millones de personas se manifestaron en su contra en distintas ciudades el pasado domingo, lo cual es elevado para un país con 48 millones de habitantes. Preocupa que esto sea un antecedente de que el poder político esté por arriba del Poder Judicial, de que otras comunidades vuelvan a buscar su autonomía del país, de que se incurra en mayores déficits fiscales y en general de que se tenga un entorno de mayor incertidumbre. Por lo mismo, dependerá lo que suceda en las siguientes semanas para evaluar su impacto final en la economía.
En el caso de Acapulco se ha modificado todo su entorno económico e incluso del estado de Guerrero. La actividad económica se había venido reduciendo, pero la mayoría de los negocios y hoteles ya había depreciado o amortizado sus inversiones, por lo que podían subsistir con un reducido margen de utilidad. Sin embargo, el nuevo entorno requiere de mayores utilidades para poder invertir en la reconstrucción de los negocios o para obtener los créditos necesarios, lo cual no ocurrirá por el deterioro de la ciudad.
Es en estos casos cuando solo los gobiernos pueden tomar decisiones que compensen el deteriorado entorno en el que operan las empresas y los individuos. Esto para incentivarlos, a fin de que tomen decisiones que mejoren el entorno económico. Entre las mismas están reducciones de impuestos en el largo plazo para nuevas inversiones; exención en el pago del IVA; tasas preferenciales en la entrega de bienes y servicios públicos, etcétera. En algunos casos ha sido útil la instalación de zonas fiscales especiales, como ocurrió en las fronteras para la instalación de maquiladoras hace varias décadas. Un buen ejemplo es lo realizado después de la Segunda Guerra Mundial con el Plan Marshall y otros ejemplos más.
El autor es economista