La democracia es un gran avance en el proceso de decidir quién gobernará a las distintas naciones y países. La historia de la humanidad está llena de luchas de distintas personas y grupos que pelean entre sí, incluso con su vida, para definir o elegir al gobierno de las distintas naciones. Se han tratado diferentes maneras para resolver esto, ya sea por una interpretación de la voluntad de uno o varios dioses, en donde los líderes religiosos son quienes interpretan la voluntad divina, hasta casos en donde la violencia y la muerte de los distintos líderes define quién se quedará con el poder. Así, tenemos la historia llena de guerras y batallas de grandes ejércitos en donde mueren millones de personas para definir quién ocupará el gobierno.
Paulatinamente se ha ido imponiendo la democracia, en donde el voto de las personas o ciudadanos define quién será el gobernante en los distintos países. Para que este sistema funcione se requieren normas que permiten que las transiciones políticas sean pacíficas, como tener reglas que acaten todos los participantes, que sean plazos definidos en el poder o que el árbitro sea imparcial. Además, en algunos países se piden mínimos de experiencia, edad o capacidad académica y otros más.
La democracia no es perfecta y no asegura que los mejores hombres sean elegidos para gobernar a los pueblos, pero sí permite que los malos gobernantes puedan ser quitados del poder por los distintos votantes. Es por ello que en ocasiones los gobernantes en turno tratan de cambiar las reglas, eliminar o controlar a los árbitros, así como modificar las leyes.
En México estamos en campaña electoral y los debates públicos permiten a los electores conocer mejor a los distintos candidatos. Sin embargo, estos debates no siempre presentan estrategias para elevar el nivel de vida de la población, sino se vuelven competencias de quién de los candidatos ofrece una mayor cantidad de promesas y regalos a los distintos votantes.
Por un lado, se ofrecen nuevas carreteras o refinerías, por otra parte, se escucha que habrá pagos en efectivo para jóvenes, e incluso niños, que se otorgarán una vez que el candidato tenga la Presidencia.
Sin embargo, no se dice cuál será el proceso que se tendrá para conseguir los recursos necesarios para cumplir con todas estas promesas. La solución para lograr cumplir lo que ofrecen los candidatos y mejorar adicionalmente el nivel de vida de la población se llama crecimiento económico. Con el mismo habrá mejores sueldos, así como más y mejores empleos y el gobierno tendrá mayores ingresos por el pago de impuestos, lo que le permitirá poder otorgar lo que se ha ofrecido en las campañas.
Para lograr un mayor crecimiento económico se requiere un incremento sustancial en la inversión productiva, esto es, inversión que a su vez genere una mayor producción futura. La inversión necesita, a su vez, un incremento del ahorro, esto es sacrificar consumo presente para obtener mayor consumo en el futuro. Las personas están dispuestas a reducir su consumo en el presente, en la medida que posean certidumbre de que van a recuperar los ingresos que han canalizado a las inversiones. Por ello es fundamental la estabilidad de las reglas y leyes en el tiempo, una baja inflación e impuestos, así como seguridad jurídica y física, entre otros requisitos. Asimismo, se requiere una gran capacidad emprendedora para identificar en dónde y cómo se debe de invertir, así como impuestos competitivos.
El crecimiento de la economía mexicana tiene una clara tendencia decreciente en los últimos años y en el actual gobierno está prácticamente estancada, mientras que la población sigue aumentando. Eso significa que las nuevas generaciones tienen un nivel de vida menor que sus padres y sus abuelos. Para corregir esto se requiere que el próximo gobierno lo ocupen personas con capacidad de generar crecimiento económico y una mayor inversión privada y pública, para que los ciudadanos vivamos mejor.