Termina el ciclo presidencial inmerso en graves problemas para el país, como es la inseguridad por la delincuencia y la lucha entre bandas criminales, que impiden la actividad económica en varias regiones del país, como sucede en Culiacán, Michoacán, Chiapas y otras zonas más. Además, hay problemas causados por el cambio climático, que se reflejan en graves sequías, por un lado, e inundaciones y huracanes, por el otro, lo cual está afectando aún más a las poblaciones perjudicadas por la falta de recursos públicos para apoyarlas. Se tiene también incertidumbre por los profundos cambios en la administración pública como resultado de la reforma judicial y otras leyes.
En épocas anteriores existía la tradición no escrita de la ‘ley del péndulo’, que se refiere a que a un gobierno de derecha le seguía uno con tendencias de centro o de izquierda y viceversa, lo que permitía que los diferentes grupos y sectores políticos pudieran competir entre sí para ver cuál era más eficiente y útil, así como para obtener el mayor consenso político.
En esta ocasión se reduce en un mes el plazo entre la elección y la toma de protesta del presidente entrante, aunque continúa siendo muy largo en comparación internacional. Por ejemplo, en el Reino Unido este plazo es de solo algunos días, con el fin de reducir la incertidumbre y evitar que el Ejecutivo saliente tome decisiones drásticas que perjudiquen al nuevo gobierno.
Al revisar los datos económicos logrados por el gobierno saliente se ve que no son muy favorables en comparación con gobiernos anteriores. Por ejemplo, el crecimiento acumulado en los primeros 23 trimestres de este gobierno fue de solo 4.5 por ciento, mientras que durante el mismo plazo del gobierno de Carlos Salinas la economía se incrementó en 24.8 por ciento; con Zedillo, el acumulado fue de 20.6 por ciento y con Enrique Peña Nieto fue de 11.3 por ciento. Al examinar el PIB per cápita en el sexenio que termina se ve que existió una contracción en comparación al inicio de este gobierno de 1.4 por ciento.
En el aspecto económico hay ciertos temas que preocupan del gobierno que termina corno es la importante reducción en la producción del petróleo, así como los crecientes subsidios que recibe Pemex de parte del gobierno federal. Esta empresa ha dejado de ser aportante a la economía, para volverse una carga para el resto de la sociedad
Un segundo pendiente que deja es la creciente deuda pública, tanto interna como externa, que es un riesgo para la calificación crediticia de México, la cual ha bajado en los últimos años.
Un tercer tema son los incentivos perversos al trabajo por los subsidios otorgados por los programas sociales, que no incluyen condicionantes que apoyen la educación, la salud y el empleo.
Otro importante pendiente son los innecesarios riesgos para los acuerdos de comercio internacional que se tienen con otros países, como son el de la Unión Europea, que debería ser ratificado en fecha próxima, así como el que se tiene con los Estados Unidos y Canadá, y otros.
Un grave problema es la creación de distorsiones en el sistema de precios y de mercado, mecanismo que se ha demostrado, permite el mayor crecimiento económico que ha conocido la humanidad. Entre estos están la eliminación de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) y otros más que fomentan la competencia de las empresas entre sí.
Finalmente está el grave problema del desequilibrio de las finanzas, con su impacto en los sistemas financieros, el incremento en las tasas de interés que provoca, la presión sobre el tipo de cambio y la reducción en los recursos para la inversión.
El gobierno entrante tendrá que enfrentar estos retos para que la economía pueda recuperar su crecimiento.