Benito Solis

Cómo se mantiene la estabilidad en este difícil entorno

La autonomía del Banco de México, el tipo de cambio flexible, el TLCAN y la disciplina en las finanzas públicas permiten a México preservar la estabilidad económica.

El entorno económico y político en el que está inmerso nuestro país se caracteriza por fuertes presiones, como son la inseguridad en diversos partes del territorio nacional, en la importante caída de la inversión tanto pública como privada, así como por el estancamiento económico que amenaza con volverse una recesión. A esto habría que agregar diferentes manifestaciones de grupos inconformes con la situación de su sector, las cuales dificultan la vida diaria de los ciudadanos, como las ocurridas de manera reciente con los operadores de taxis y las de los maestros; a los que habría que agregar el desabasto de ciertos productos alimenticios o de medicinas. En el entorno internacional destacan la presión derivada del menor dinamismo de las mayoría de las economías desarrolladas y el impacto de la 'guerra comercial' entre las grandes potencias del mundo, que perjudican el comercio global, que es una fuente importante de crecimiento para México.

Aunque algunos jóvenes opinan que la actual situación es grave y de fuerte volatilidad, lo creen porque no les tocó vivir durante las crisis de finales del siglo pasado, cuando la inflación llegó a situarse por arriba del cien por ciento y el tipo de cambio se triplicaba o más en un año. En la actualidad otros países de tamaño comparable al nuestro están inmersos en un grave periodo de inestabilidad, como son Argentina o Turquía, Brasil, Sudáfrica y en el peor caso, Venezuela.

Son varias las razones por las que México sigue teniendo estabilidad económica a pesar de estas diversas presiones y de los importantes cambios que está llevando a cabo el actual gobierno. Entre estas razones destacan: 1) La autonomía del Banco de México, que le permite evitar financiar al gobierno y se concentra en su misión de mantener una baja inflación; 2) el tener una tipo de cambio flexible, que permite absorber de mejor manera los shocks externos y propicia que los ajustes en el valor del peso se hagan de manera paulatina; 3) el disponer de un Tratado de Libre Comercio con Canadá y Estados Unidos, lo que proporciona certidumbre a los inversionistas extranjeros que operan dentro de las reglas del mismo, como lo confirmó la reciente resolución respecto a los gasoductos; 4) el reducido déficit del sector público.

Especialmente importante en la estabilidad de la economía es el último punto, ya que la mayoría de las crisis financieras que ha padecido el país en el pasado resultaron de elevados déficits en los que incurrieron gobiernos anteriores.

Datos dados a conocer de manera reciente muestran que el déficit del sector público en los primeros ocho meses del presente año fue de 118 mil millones de pesos. Esto equivale a cerca de la mitad de lo que se tuvo el año pasado en el mismo periodo y permite suponer que se puede cumplir la meta de un ligero superávit primario para todo el año. Sorprende que esto se logró a pesar de la disminución de los ingresos públicos presupuestales del 2.1 por ciento y de la caída de 20 por ciento en los ingresos petroleros.

Esta disminución en los ingresos públicos se compensó con mayores ingresos tributarios (+2.5 por ciento) y, sobretodo, con la fuerte contracción en el gasto del sector público, que fue de 4.0 por ciento. Por ejemplo, el gasto total del gobierno federal se redujo en 5.2 por ciento; en donde destacan los gastos de los entes autónomos, con una contracción de 17.6 por ciento; varias secretarías de estado con disminuciones en su gasto de 30 por ciento a 40 por ciento, como son la de Desarrollo Agrario, del Medio Ambiente, de la Función Pública y otras más. Cabe destacar que varios conceptos tuvieron incrementos en su gasto como fueron el servicio de la deuda, pensiones y jubilaciones así como diversos programas sociales, lo que dificultó el ajuste total.

En la medida en que se logre mantener un reducido déficit del sector público y la economía global no tenga una crisis fuerte, será posible mantener la estabilidad de la economía mexicana. Sin embargo, si se mantiene estancada la economía nacional se tendrán menores recursos tributarios y será más difícil compensarlos con reducciones adicionales en el gasto público. De aquí la importancia de tomar medidas que propicien la reactivación de la economía.

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