Opinión Benito Solis

El secreto para crecer es… ¡producir a bajo costo!

Con la apertura comercial y la fuerte competencia que tienen las empresas, los precios de los productos no se fijan dentro del país sino en el extranjero.

MIAMI, Florida.- Para elevar los niveles de vida de la población mexicana es imperativo el crecimiento de la economía nacional, es decir, incrementar la producción nacional. Hay que enfatizar que por una igualdad contable el PIB Nacional = Ingreso Nacional. Si la producción nacional baja, también lo harán los ingresos totales del país, lo que significa que, en promedio, a cada quien nos tocará un menor ingreso.

Cuando terminé mis estudios profesionales me dediqué varios años al comercio y la agricultura. Con el entusiasmo propio de la juventud quería producir productos finos para venderlos caros y así 'ganar mucho'. Un viejo y experimentado comerciante me dio un gran consejo que nunca olvidé: "El secreto del comercio no es vender caro, sino producir y comprar barato". Esto que parece obvio, no lo es para la gran mayoría de la gente. En un entorno de competencia, los consumidores adquirirán sus bienes y servicios en donde sean más baratos.

Este consejo me ha sido muy útil para entender cómo funciona la economía en un entorno de fuerte competencia, en el cual hay numerosos oferentes que ofrecen sus productos y servicios, por lo que tienen poca influencia en el precio de sus productos en el mercado. El consejo me ha permitido no solo ver cómo funciona la economía, sino también entender por qué algunas naciones progresan mientras que otras se mantienen rezagadas y se estancan en la pobreza durante generaciones. En los países más pobres es costoso producir, con elevados costos y riesgos, mientras que en las más ricas se tiene un entorno que facilitan la aparición y crecimiento de las entidades productivas y consecuentemente la creación de empleos.

En las economías cerradas, como la que predominó en México durante varias décadas hasta principios de los 90, las empresas tenían poca competencia, por lo que podían vender dentro del país a precios más elevados que en el exterior. Para ello se requería un gobierno fuerte que mantuviera cerradas las fronteras, para así evitar las importaciones y el contrabando. Además, era importante que regulara los precios a través de controles y así propiciar una mejor distribución del ingreso entre los distintos factores de la producción.

Hoy en día con la apertura comercial y la fuerte competencia que tienen las empresas, los precios de los productos no se fijan dentro del país sino en el extranjero. La manera en que las empresas pueden prosperar en esto entorno de libertad sólo es posible por medio de costos inferiores a los que existen en el exterior, así como una mayor productividad. Esta es la política que se sigue en los Estados Unidos y es patente en esta zona del país, en la cual se ofrecen grandes oportunidades a los inversionistas de otras partes del mundo. Así, Miami se está convirtiendo paulatinamente en la capital económica, comercial y financiera de Latinoamérica.

En el caso del entorno actual de México, las compañías mexicanas son poco competitivas frente a la competencia internacional, ya que hay varios costos de su producción en los cuales tienen muy poco control, pero que elevan sus costos totales. Entre algunos de estos costos más elevados se encuentran los siguientes: 1) Precio de la energía, como son las gasolinas, la electricidad y el gas; 2) costos del capital por las mayores tasas de interés y dificultad de acceso a los mercados bursátiles; 3) costos de comunicaciones y de transporte de las mercancías; 4) costos por la inseguridad, los robos y consecuentemente los seguros más caros; 5) costos por impuestos más altos que en el extranjero, ya que mientras las tasa del ISR a las empresas y el reparto de utilidades llega casi a 45 por ciento en nuestro país, en Estados Unidos es de 21 por ciento y es incluso menor en China y otros países del oriente y de Europa; 6) costos por excesivos y tardados trámites gubernamentales; 7) costos provocados por la incertidumbre en las políticas económicas y por el riesgo devaluatorio; 8) costos por monopolios en sectores que no tienen la competencia del exterior, como son diversos servicios, etcétera.

Para las compañías formales es difícil competir en este entorno. Al final la competitividad de nuestra economía se logra ajustando los salarios a la baja y por medio de devaluaciones en el tipo de cambio, los cuales empobrecen a la población mexicana.

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