Benito Solis

Esbozo del entorno económico pospandemia

Los países miembros de la OCDE, con excepción de México, han seguido medidas extraordinarias de expansión del gasto público para evitar la quiebra de empresas y la pérdida de empleos.

La actual crisis económica, que está siendo la más grave del siglo, tendrá efectos permanentes en las distintas naciones, lo que afectará a sus economías así como a sus habitantes e incluso a nuestros hábitos de vida. Un tema relevante es que las distintas medidas de aislamiento tomadas para enfrentar el coronavirus no han sido efectivas en la mayoría de los casos, pero sí muy costosas en términos de producción y de empleo; ya que mientras sigue elevándose la curva de contagios, las economías se siguen contrayendo. Además, las personas no consideran que las medidas que toman los gobiernos son correctas, lo que se confirma al ver las manifestaciones en diversas ciudades de Estados Unidos, la forma en que se comportan las personas al decretar un relajamiento del encierro en Europa y la manera parcial en que las personas respetan el aislamiento, sobre todo en los países latinoamericanos, destacando de manera negativa los casos de Brasil y México. Por lo mismo es probable que se tenga una nueva crisis de salud con nuevos contagios y muertes en los siguientes meses, si no se logra tener disponible antes una vacuna para la mayoría de la población. En este caso se tendrán que fortalecer las medidas de aislamiento, las cuales tendrán un impacto muy negativo en las personas, en las empresas y sobre todo en sus expectativas, con un elevado costo en términos de crecimiento económico.

Entre más tiempo pase para superar el Covid-19, más fuerte será la contracción de las distintas economías. Hasta este momento, se estima que las economías europeas tendrán una caída promedio de 7.5 por ciento del PIB, la norteamericana lo hará en -6.0 y la mexicana puede caer cerca de 8.0 por ciento; pero estas estimaciones podrían ser peores de alargarse el confinamiento.

Esto sucede a pesar de que los gobiernos de los países miembros de la OCDE, con la excepción relevante del mexicano, han seguido medidas extraordinarias de expansión del gasto público para evitar la quiebra generalizada de empresas y el cierre de millones de fuentes de trabajo. Por ejemplo, se calcula que en Estados Unidos la deuda pública puede subir alrededor de 30 puntos del PIB y en Europa en 20 puntos. En el caso de México se ha dispuesto que el gasto público no sólo no crezca, sino que se reduzca para enfrentar la crisis, lo cual la agravará, por la mayor contracción de la demanda agregada.

Además, los distintos gobiernos de los países desarrollados han tenido una fuerte expansión monetaria. Por ejemplo, el Banco Central de Estados Unidos elevó sus activos de 4.2 billones de dólares el año pasado a 11.2 billones en la actualidad, lo cual significa un incremento acumulado de doce veces en el curso de la década.

Todo lo anterior tendrá diversos impactos en las economías, entre los cuales están:

1) "Más dinero persiguiendo" los mismos instrumentos financieros, lo que provoca una disminución en las tasas de interés, con su impacto en problemas para los fondos de pensiones, en el ahorro, en la productividad de las empresas y otros más. 2) Más liquidez no significa forzosamente que se ayudará a las empresas y al empleo, sino depende de la manera en que el mismo se otorgue. Por ejemplo, darles más dinero directamente a las personas no significa que saldrán más de vacaciones, se hospeden de manera más frecuente en hoteles, compren más boletos de avión o consuman más en los restaurantes. La pandemia evita que puedan hacer esto, por lo que no habrá efecto positivo en las compañías de estos sectores. 3) Por lo mismo, habrá quiebra de empresas y pérdidas de empleos en las actuales condiciones. Los distintos gobiernos deben de fijar criterios estrictos y lógicos sobre cómo pueden apoyar a las mismas para evitar más desempleo, salvar las empresas que sí son viables en el largo plazo y evitar la corrupción. 4) Los distintos países tendrán que buscar un nuevo equilibrio de corto y largo plazos entre la participación del sector público por un lado y el privado por otro, como sucedió después de la Segunda Guerra Mundial; así como entre la producción interna y la externa. 5) La mayor participación del sector público en las economías provocará que la productividad promedio en la mayoría de los países se reduzca, lo cual será causa de un menor poder de compra de las poblaciones, con su inevitable presión social. 6) Las empresas y las finanzas públicas serán muy frágiles a pequeños incrementos en las tasas de interés. Esto reducirá la capacidad que tienen los gobiernos para enfrentar una nueva crisis en el futuro. 7) Se deberán de buscar nuevas fuentes de crecimiento de las economías. 8) Finalmente, los distintos países deberán aprender a vivir y producir en un nuevo entorno de pandemias.

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