Benito Solis

Impactos de la actual desaceleración económica

Ante los síntomas negativos en la actividad productiva, con riesgos de una recesión, es clave que se inicie un programa de reactivación de la inversión pública y privada en el corto plazo.

La economía mexicana muestra claras señales de menor crecimiento económico, que amenaza en convertirse en una recesión, que se entiende como una caída en la producción por dos trimestres consecutivos. Mientras que el PIB crecía a tasas anuales de 2.6 por ciento a mediados del año pasado, ya mostró una disminución en el primer trimestre del presente año. Por su parte, el Indicador Global de la Actividad Económica durante los primeros cuatro meses de 2019 tuvo un incremento promedio de solo 0.5 por ciento en comparación con el mismo periodo del año pasado.

Este menor dinamismo se presenta de diferente magnitud en la mayoría de los sectores económicos y ya se está generalizando a las distintas regiones del territorio nacional. Sus causas son diversas y provienen tanto del exterior como por diversas razones dentro del país. Por un lado, el menor crecimiento de la economía norteamericana afecta a las exportaciones mexicanas, lo que tiene un impacto en la producción nacional. Entre las causas internas están el cambio en el 'estilo personal de gobernar' de la nueva administración, así como el desconocimiento de los procesos administrativos por parte de los nuevos funcionarios públicos, tanto del gobierno federal como en el Legislativo y en los gobiernos locales. Además la incertidumbre ha presionado al tipo de cambio y a las tasas de interés, incrementado así los costos de producción de las empresas.

Un aspecto relevante que explica el menor crecimiento económico en el país es la caída en la inversión fija bruta, tanto por parte del sector público como por el privado. Los datos hasta el mes de marzo muestran una contracción en la misma de 2.4 por ciento en comparación con el mismo mes del año anterior. Es relevante indicar que la inversión registra una caída desde el mes de agosto de 2018, sobre todo en el sector de la construcción provocada por la incertidumbre en las políticas del nuevo gobierno, lo que es considerado normal en cada sexenio.

Debido a todo lo anterior, los pronósticos de crecimiento que elaboran los distintos analistas nacionales e internacionales, así como las diversas entidades financieras, han pasado de considerar un dinamismo de 2.5 por ciento promedio en 2019 a uno cercano a 1.2 por ciento. Es de destacar que algunas instituciones reconocidas ya consideran que el crecimiento anual estará situado por debajo del 1 por ciento para todo el año, lo que significaría que se tendría una recesión en el segundo semestre de 2019.

Este menor crecimiento que está experimentando la economía nacional tiene los siguientes impactos:

1) Menores ventas en el sector comercio e industrial en la mayoría de los sectores. Esto ya es relevante en el momento actual en el área inmobiliaria y se generalizará a otras ramas de la economía en los siguientes trimestres.

2) Por lo mismo, habrá menor creación de empleos, como ya lo confirman los datos de asegurados en el IMSS; así como dificultad para obtener incrementos salariales. Esto se traducirá en presiones laborales y sindicales en los siguientes meses.

3) Menores utilidades de las empresas, lo que debilitará el índice de la Bolsa de valores, así como reforzará la caída en la inversión privada.

4) Habrá una menor recaudación fiscal, lo que presionará el equilibrio fiscal. Esto será analizado con gran cuidado por parte de las calificadoras globales de crédito. Por lo mismo continuarán los recortes en el gasto público durante varios meses más.

5) Se tendrán problemas para fondear los nuevos programas sociales que pretende llevar al cabo el gobierno federal. Por lo mismo, se utilizarán distintas fuentes de financiamiento lo que puede desplazar al sector privado de su uso.

6) Se incrementará la cartera vencida de los bancos, lo que perjudicará el crecimiento del crédito en el país.

7) Finalmente, en el aspecto político habrá presiones para encontrar a los 'culpables de la recesión'.

Por todo lo anterior es conveniente que se inicie un programa de reactivación de la inversión pública y privada en el corto plazo.

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