Benito Solis

La guerra comercial EU-China perjudica al mundo

La historia nos enseña que las guerras comerciales propician graves recesiones en los diferentes países e incluso, en ocasiones, provocan guerras.

MILÁN, Italia.– Trump anunció la semana pasada que impondrá nuevos aranceles a las importaciones provenientes de China, a partir del primero de septiembre, lo que provocó una caída en los distintos mercados financieros y canceló el optimismo derivado de la reducción de la tasa de interés de referencia que anunció la Fed en la semana. En Europa la situación todavía se complica más por el cambio en el gobierno de Gran Bretaña, ya que el primer ministro entrante es partidario de llevar adelante el llamado Brexit, es decir la separación entre esa nación y el resto del continente de la manera más rápida, a pesar de los costos internos, reduciendo la competitividad de esta región del mundo. Por su parte, la situación en Italia sigue preocupante por la debilidad de sus bancos y el entorno político.

Como respuesta a la medida norteamericana, el gobierno asiático ordenó a las empresas de propiedad estatal suspender importaciones de productos agropecuarios de aquel país; al mismo tiempo que permitió una devaluación de su moneda cercana a 2 por ciento, que compensa parte de la pérdida de competitividad que provoca el arancel anunciado. Esto volvió a perjudicar a los mercados financieros en todo el mundo, con lo que las bolsas de valores de Europa se han contraído entre 5 y 9 por ciento en el mes. Por su parte, mientras que el precio del oro y de los bonos suben, el petróleo tiene una reducción que impacta de manera negativa las finanzas del gobierno mexicano. Esta es una de las razones que explica la pérdida del peso mexicano en estos días.

Estas reacciones drásticas de los mercados son porque los inversionistas están anticipando un menor crecimiento de la mayoría de las economías del mundo, lo que reduce las utilidades de las empresas, que se refleja en un menor precio en las bolsas de valores. Las economías norteamericana y china siguen creciendo, pero lo hacen a un menor ritmo y además con un elevado déficit fiscal, ya cercano a 5 por ciento de su PIB, lo que reduce sus dinamismos. Esto es parecido al auto que camina con el freno de mano puesto, lo cual está deteniendo su velocidad, pero en lugar de corregir el problema, el chofer decide acelerar aún más para no detener al vehículo e incluso avanzar más rápido. Esto hace que el vehículo vibre, que se calienten los frenos y se quemen, que se gaste más en gasolina y es posible que se dañe el auto o que se tenga un accidente.

Los participantes de los mercados financieros están conscientes de que la situación no terminará bien al final, pero no quieren dejar de recibir los beneficios del mayor crecimiento. Pero, por otro lado, están preparados para salirse de los mercados más riesgosos cuando aparece cualquier señal preocupante. Es por esta razón que nuestro gobierno debería evitar aparecer como uno de los que tiene mayor riesgo y abstenerse de emitir señales preocupantes o hacer anuncios extremistas, ya que agravaría la desconfianza que en general tienen los inversionistas globales.

Esta situación deriva de una confusión del presidente Trump respecto a lo que significa y causa el déficit comercial de su país, ya que lo ve como las 'pérdidas' de un estado de resultados de una empresa. Considera que las compras que hacen los demás países son menores a las que ellos realizan porque se quieren 'quedar' con sus dólares. Por lo mismo debe de 'castigar' a otros países que se 'aprovechan' de Estados Unidos. No se da cuenta de que en el fondo su país es quien se aprovecha de los demás porque recibe bienes y productos que tienen gran valor y solo entrega papeles que imprime a bajo costo con el nombre de dólares. En realidad, el déficit comercial de Estados Unidos resulta del elevado déficit fiscal que tiene su gobierno, el cual se financia con emisión de circulante o con emisión de deuda que compran los extranjeros, lo que resulta en una apreciación de su tipo de cambio, que a su vez provoca el desequilibrio comercial.

Hay que enfatizar que los aranceles son impuestos que castigan a la producción y al consumo y mientras sigan teniendo desequilibrios fiscales seguirán teniendo déficits comerciales, aunque resulten del comercio con otros países. 'castigar' a China solo moverá sus exportaciones a otros países de la zona, como Vietnam o Hong Kong.

La historia nos enseña que las 'guerras comerciales' propician graves recesiones en los diferentes países e incluso, en ocasiones, provocan guerras. Esperemos que en este caso predomine la sensatez.

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