En México, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) es la instancia responsable de garantizar dos derechos humanos: el de acceso a la información pública y la protección de datos personales. Elementos que promueven la participación activa e informada de las personas en la cosa pública; y cuyo ejercicio es una vía que favorece el goce de otros derechos, tales como el de la educación, la salud y la identidad.
El derecho de acceso a la información es un derecho formador y fortalecedor de ciudadanía, pues, a través de su ejercicio, las personas pueden contar con herramientas y conocimiento que los habilita para: proponer soluciones a los problemas comunes, incidir en la toma de decisiones de su comunidad, tomar decisiones más informadas y exigir rendición de cuentas a sus autoridades. En ese sentido, que hoy contemos con una institución autónoma, técnica y especializada para garantizarlo es un triunfo de la sociedad mexicana que por décadas luchó por hacer valer su voz y participar de manera efectiva en la vida pública.
Su nacimiento ha estado ligado al fortalecimiento de la democracia y al de la libertad de expresión, así como a la posibilidad de impulsar un discurso público más plural en el que todas las voces y perspectivas tengan espacio y valor. Su garantía ha tenido impactos positivos no sólo en la esfera individual de las personas, sino también en lo colectivo. Su utilidad se ha potenciado gracias al periodismo de investigación, cuya laboral ha generado una sinergia virtuosa con ese derecho dando a conocer hechos que en el pasado permanecían en silencio y en la opacidad; y posicionando en la agenda pública la urgencia de implementar mayores controles para prevenir y castigar casos de corrupción y el uso indebido del poder público.
Por ello, la continuidad de una institución que está del lado de la gente, de sus historias y sus necesidades es indispensable para seguir cambiando paradigmas y hacer cada vez más público lo que debe de estar ante los ojos de toda la población. Insisto, no hay democracia si las personas no pueden conocer archivos y documentos como la fuente primigenia de los actos públicos, así como los motivos y fundamentos de las decisiones públicas.
Por más de veinte años, desde el entonces IFAI, el Instituto ha resuelto la apertura de la información que las autoridades habían pretendido ocultar. El INAI nunca ha pretendido ejercer otras acciones que no le corresponden; nuestras funciones son claras: no somos responsables de investigar o perseguir delitos, ni de juzgar o emitir sentencias. Nuestra labor es la de garantizar las necesidades de información de los individuos que han recurrido a las autoridades en busca de respuestas, impulsando el conocimiento de lo público y asegurando el derecho a saber de todas y todos.
En el mundo, el INAI es un referente por la amplitud de sus funciones y la solidez que le da su autonomía constitucional, la cual asegura que la gente cuente con una instancia que se pone de su lado, que los protege y les brinda acompañamiento. Somos de la sociedad y nos debemos a ella.