A 210 años del inicio de la lucha Independentista, reconocemos el gran avance en el ejercicio de los derechos civiles de las y los mexicanos, pero también consideramos que estas fechas cívicas nos dan la oportunidad de reflexionar sobre lo que aún nos falta por concretar en esta materia. Hoy 15 de septiembre, se conmemora a nivel mundial el Día Internacional de la Democracia. En el marco de esta conmemoración, el secretario general de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, enfatizó la importancia de la democracia en este momento que el mundo encara esta crisis sanitaria. La democracia, afirmó, es crucial para asegurar el libre flujo de la información, la participación en la toma de decisiones y la rendición de cuentas por la respuesta ante la pandemia. Para este organismo internacional, la democracia proporciona un entorno idóneo para el ejercicio y protección de los derechos humanos, es medio y fin para asegurar que la voz y voluntad popular sean respetadas.
No obstante, este sistema político aún no se ha establecido con éxito en muchas regiones. En el Índice de la Democracia 2019 se encontró que solo 76 de 167 países pueden ser considerados democracias, lo que representa 48.4 por ciento de la población en el mundo. De acuerdo con este informe, durante el año pasado la democracia se vio sometida a diversos cuestionamientos y manifestaciones sociales, y si las circunstancias ya eran complejas, la pandemia ha develado una serie de desafíos y encrucijadas que los gobiernos deben atender. Por ejemplo, el aplazamiento de las elecciones, la reducción de los espacios públicos, y en algunos casos la implementación de protocolos de seguridad sanitaria con intervención de la policía o el Ejército.
En el caso mexicano, el Índice de la Democracia posiciona a nuestro país en el lugar 73 de los 167 países analizados. Según este estudio, la cultura política —es decir la percepción, actitudes y expectativas que la población tiene de su entorno político—, es el elemento más endeble de nuestro régimen; y por tanto una de las aristas que podría ser desarrollada para el fortalecimiento de la democracia. Ante ello, promover la participación ciudadana y su involucramiento informado en los asuntos públicos se constituye como el siguiente paso para consolidar una democracia más incluyente, abierta y que da resultados claros a la sociedad.
Es importante considerar que el próximo proceso electoral 2020-2021, denominado como el más grande y complejo de la historia, se deberá desarrollar bajo circunstancias especiales a consecuencia de la pandemia. Seremos testigos de una nueva forma de organizar y coordinar este ejercicio democrático, en el cual casi 95 millones de personas elegirán más de 21 mil cargos a nivel local y federal: la renovación de los 500 escaños en la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, mil 63 diputaciones locales y mil 926 ayuntamientos.
En este contexto, contar con insumos informativos de calidad será indispensable para que la ciudadanía cuente con elementos para conocer, comparar y evaluar. El libre flujo de información de calidad será esencial para que estos comicios cuenten con la participación activa e informada de las y los electores, para que esta jornada electoral se dé con la mayor transparencia y legalidad.
En el INAI estamos convencidos que la democracia se construye con la acción de todas y todos, con una ciudadanía que conoce, pregunta y hace escuchar su voz, pero también de gobiernos que responden y son responsables de sus acciones. En democracia se posibilita la apertura de espacios para la expresión del descontento, pero también para la mediación y el establecimiento de acuerdos, y por ello seguiremos trabajando desde la transparencia y el ejercicio del derecho a saber de toda la sociedad como vías que permiten no sólo el conocimiento público de las instituciones y los gobiernos, sino también la posibilidad de consolidar un espacio de diálogo más equitativo entre la población y su gobierno.