Competencia 2.0

El gran deseo para este año en materia de competencia

En esta año hay la oportunidad para revisar todo el andamiaje regulatorio referente a la competencia , y con ello atajar los grandes problemas que presenta, sobre todo en las leyes y normatividad segundarias.

Cuando se discutió una nueva ley de competencia en México hace pocos años, el legislador reconoció formalmente la importancia de revisar de forma integral el andamiaje jurídico para corregir los problemas de competencia. Desgraciadamente, en su momento no se hizo nada con base en esta disposición de ley. Hoy hay una nueva oportunidad para que los actores que impulsaron este esfuerzo, lo retomen y lo lleven a buen puerto.

En los debates que se dieron con respecto a la nueva Ley Federal de Competencia Económica en 2014 hubo discusiones muy profundas respecto a nuevas figuras jurídicas y nuevas herramientas para la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones con el fin de resolver graves problemas de competencia. También hubo discusiones muy banales, cambios sin sentido y pifias como la adopción de un famoso artículo que no tiene texto.

En general, los legisladores movieron mucho la redacción de la ley, pero coincidían con el objetivo de generar mejores herramientas para promover la competencia y eliminar barreras y cuellos de botella en los mercados. Recuerdo muy bien una aportación que parecía especialmente aventurada en la discusión en el Senado, donde el senador Mario Delgado hizo la propuesta de reconocer expresamente que la mayoría de los problemas de competencia derivan de mala regulación y leyes arcaicas.

En ese momento, el valiente legislador Delgado consideró que era tarea del legislativo revisar todo el andamiaje regulatorio, y con ello atajar el problema de barreras a la competencia y estructurales de tajo. Para ello, era necesario complementar la tarea de los reguladores, y que el legislador hiciera también su parte, estableciéndose en la ley de competencia un famoso séptimo artículo transitorio. Esta disposición establecía que, dentro del plazo de un año, el Congreso de la Unión debería realizar las adecuaciones al marco jurídico a efecto de armonizarlo con los principios en materia de competencia y libre concurrencia previstos en el artículo 28 de la Constitución. Para esta tarea, la misma disposición estableció la posibilidad al Congreso para solicitar una opinión a la COFECE.

Hace más de 3 años que ese plazo se cumplió. No tengo conocimiento de que se hiciera el más mínimo intento de estudiar este asunto ni de reformar leyes con base en este mandato por parte del legislador. COFECE realizó algunos estudios independientes para analizar problemas en leyes pero tampoco emitió una opinión específica a este respecto y como en otras ocasiones, el transitorio de la ley fue letra muerta.

Hoy más que nunca las palabras de Mario Delgado vuelven a la mente. Los peores problemas de competencia se encuentran en las leyes y la normatividad secundaria, que amerita una revisión integral para corregirlos de fondo. Me parece que parte del problema de logística actual de gasolinas tiene en parte que ver con ellos. La esperanza radica en que el mismo funcionario que introdujo ese famoso transitorio de la ley, tiene en sus manos la presidencia de una de las cámaras del Congreso.

¿Es factible este gran proyecto? ¿Realmente se puede revisar todo el sistema jurídico para resolver los problemas de competencia? Hubo muchas críticas en su momento a lo ambicioso de un plan así y quizá por eso no se cumplió, pero mi postura es que sí se puede hacer algo como esto en estos momentos de gran alineación en los intereses del legislador y el Ejecutivo. Se debe intentar hacer esta revisión integral y perseguir un objetivo ambicioso. Existen antecedentes internacionales importantes como el realizado en Australia que ya he referido en este espacio, así como los esfuerzos de organizaciones internacionales que han acompañado a los países en esta revisión holística de la regulación.

La experiencia de muchos países avanzados demuestra que es imposible hacer cambios radicales y rápidos solamente con las herramientas tradicionales de competencia que tienen las agencias reguladoras. Se necesitan tocar las estructuras legales que tienden a perpetuar privilegios y barreras graves. Se podría empezar por atacar los sectores más regulados y con ello ir atendiendo los principales problemas en mercados transversales que a su vez vayan generando eficiencias en otros mercados. Hoy que es tan importante el tema de las gasolinas y el gas LP, parecería el entorno ideal para iniciar los trabajos de estudio de barreras legales.

Idealmente, el trabajo debería incluir la revisión de la regulación a nivel local y municipal, que es donde normalmente están los principales y más burdos problemas. En cualquier caso, empezar por la idea del ahora diputado Delgado y cumplir con el transitorio de la ley de competencia, sería el mejor regalo del año en materia de competencia para el 2019.

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