“Tu actitud es ese lápiz con el que pintas tu vida; no puedes cambiar el pasado, pero con una buena actitud puedes dibujar un futuro lleno de posibilidades”
Anónimo
Un amigo mío, que hace algunos años se dedicaba a animar fiestas infantiles, fue creciendo su proyecto y, para dar el servicio, contrataba a muchachos jóvenes (16-18 años) y los capacitaba. Se trataba de un trabajo difícil (lidiar con un grupo de niños nunca es fácil) “¿En qué te fijas para contratarlos?”, le pregunté un día. “Me fijo mucho más en las actitudes que en las aptitudes, prefiero contratar a un muchacho serio, responsable y ordenado a quien capacite para que sea un payaso, a contratar un payaso y hacerlo serio, responsable y ordenado”, me respondió.
Esta fue una de las veces en las que confirmé la importancia de la actitud, especialmente cuando queremos cambiar, como quedó expresado en la columna anterior. Iniciar un proceso de mejora personal es una decisión valiente que implica salir de la zona de confort y enfrentarse a retos desconocidos. En este viaje, hay un factor fundamental que puede marcar la diferencia entre el éxito y el estancamiento: la actitud.
¿Qué es una buena actitud?
Este concepto no significa simplemente ser positivo todo el tiempo. Es un enfoque proactivo hacia la vida que combina optimismo, resiliencia, humildad y disposición para aprender. Una buena actitud nos permite ver las dificultades como oportunidades, aprender de los errores y seguir avanzando incluso cuando los resultados no son inmediatos y es esencial para la mejora personal.
1. Facilita el cambio de mentalidad. La mejora personal requiere adoptar nuevas formas de pensar y abandonar hábitos limitantes. Una buena actitud nos ayuda a mantener la mente abierta (sin olvidar la firmeza de criterio) y aceptar los cambios necesarios, incluso cuando son incómodos.
2. Aumenta la resiliencia. El proceso de crecimiento personal está lleno de desafíos y contratiempos. Una buena actitud nos permite recuperarnos rápidamente, aprender de las adversidades y seguir adelante con determinación.
3. Impulsa la motivación. Cuando abordamos el proceso con entusiasmo y confianza, encontramos más fácil mantener la motivación. La actitud positiva actúa como un motor que nos impulsa a tomar acción constante hacia nuestras metas.
4. Mejora nuestras relaciones. La mejora personal a menudo implica interactuar con otras personas, ya sea para aprender de ellas, colaborar o buscar apoyo. Una buena actitud nos hace más accesibles, genera confianza y fomenta relaciones saludables.
5. Permite disfrutar del proceso. Más allá de alcanzar metas específicas, la mejora personal es un viaje que debe disfrutarse. Con una buena actitud, encontramos satisfacción en cada pequeño avance, lo que convierte el camino en una experiencia enriquecedora.
Algunas claves para cultivar una buena actitud y tener un resultado positivo en tus cometidos son:
• Practicar la gratitud, tomar un momento cada día para reconocer lo que tenemos puede transformar nuestra perspectiva y ayudarnos a enfocarnos en lo positivo. Hay que ser agradecido.
• Aceptar el aprendizaje continuo, hay que reconocer que no lo sabemos todo y estar dispuestos a aprender nos mantiene humildes y abiertos al cambio.
• Evitar el perfeccionismo, la mejora personal no significa ser perfecto, sino avanzar. Aceptar nuestros errores como parte del proceso nos libera de la presión innecesaria.
• Cuidar el diálogo interno, reemplazar pensamientos negativos con afirmaciones constructivas fortalece nuestra autoconfianza y refuerza una actitud positiva.
• Rodearse de influencias positivas, las personas con las que interactuamos impactan significativamente nuestra actitud. Es crucial buscar entornos que nos inspiren y nos apoyen en nuestro caminos al crecimiento.
La mejora personal no es un destino, sino un viaje continuo. En este camino, nuestra actitud es el timón que nos guía. Una buena actitud no solo nos impulsa hacia nuestras metas, sino que también transforma cómo vivimos el proceso. Con optimismo, resiliencia y disposición para aprender, podemos enfrentar cualquier desafío y convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.
¡Ánimo! Si estás considerando iniciar este proceso, recuerda: tu actitud será tu mayor aliada.