En la columna pasada, comentaba que no estamos donde queremos estar, claro que no. Todos queremos ser mejores: mejores líderes, mejores directivos, mejores deportistas, mejores personas. Al mismo tiempo, nos damos cuenta que si no intentamos ser mejores, no iremos a donde queremos ir, sino simplemente a donde vamos. La frase de Carlos Llano citada arriba me gusta mucho porque resume en breves palabras muchos conceptos de diagnóstico, de estrategia, de querer ser mejor, de ponerlo en práctica.
El éxito al que aspiramos (más de logros y plenitud que de factores económicos) tiene que ver con la práctica constante de virtudes humanas —ser fuerte, tener dominio sobre uno mismo, ser justo, ser laborioso, ser prudente— para ser mejores personas. Tener éxito no sólo depende de la suerte, también tiene que ver con enfocarse, con determinar lo que uno desea, con ser optimista y con trabajar duro.
Cambiar la mentalidad, el comportamiento y adquirir nuevos hábitos puede ser complicado al principio, pero ese esfuerzo adicional vale la pena, por lo agradable que acaba resultando y por lo valioso de la recompensa. También señalaba que las personas exitosas tienen ciertos comportamientos comunes y enlisté los primeros tres. En esta ocasión terminaré con los cuatro que faltaron.
1. Siempre (siempre) continúa aprendiendo.
El éxito da un frenazo fuerte cuando creemos (o pensamos) que hemos terminado de aprender. No importa cuánto creamos que sabemos, siempre habrá alguien por ahí que sabe algo que no sabemos, (y a las personas exitosas les gusta que sea así). Aquellos que se toman en serio lograr el éxito, disfrutan de esa búsqueda constante del conocimiento ("la alegría de aprender" diría el escritor francés François de Closets"). Nunca se conforman con el conocimiento que ya tienen. Como lo dijera el legendario basquetbolista John Wooden: "Lo que realmente cuenta es lo que aprendes..., después de creer que ya sabías todo".
2. Enfócate en lo posible, no en lo imposible.
Quejarse y gemir nunca ha llevado a nadie a ninguna parte. Las personas exitosas no se detienen en los desafíos que enfrentan cuando trabajan para alcanzar sus metas. Al contrario, mantienen una mentalidad de "el límite es el cielo" (sky's the limit) al poner énfasis en lo que aún es posible. Ante cada obstáculo, se desvían y recalculan su ruta, siempre con sus objetivos muy claros en la mente. Esas mismas personas también entienden que reformular la pregunta: "¿Cómo puedo lograr esto?" puede llevarlos a nuevas perspectivas y abrirles nuevas puertas. Los obstáculos son tan difíciles como tú permites que lo sean.
3. Rodéate de personas inteligentes, que logran resultados.
"Si quieres ser rico, pasa tiempo con gente rica. Si quieres ser divertido, pasa tiempo con gente divertida. Y si quieres ser pobre, pasa tiempo con gente pobre". Se desconoce quién enunció este consejo atemporal, pero se sabe que algo tiene de verdadero. Aquellos con los que pasas tu tiempo gradualmente moldean tus comportamientos y tu mentalidad. Si hay algo que quieres lograr o alguien que quieres llegar a ser, debes encontrar cualidades complementarias en amigos, compañeros de trabajo y familiares. Las personas exitosas construyen una red (network) de personas positivas, inteligentes y exitosas, donde se sienten a gusto. Una red de este tipo no solo nos facilita el desarrollo de patrones de pensamiento y comportamientos, sino que también nos ofrece un lugar para intercambiar ideas y recibir apoyo. Lo saben los deportistas: para mejorar su juego, deben buscar jugadores (contrincantes) que jueguen mejor que ellos.
4. Nunca te rindas. Nunca.
Los éxitos más impresionantes son los más difíciles de alcanzar. Las personas exitosas son capaces de ver cada tropiezo simplemente como un contratiempo temporal. Los fracasos son oportunidades para aprender y comenzar de nuevo, no se trata de tirar la toalla y alejarse. De hecho, muchas personas exitosas son oportunistas que aprecian los fracasos. Para un buen equipo, las fallas significan que los esfuerzos son legítimos y dinámicos. ("Quien no actúa, no se equivoca; ni tampoco logra nada", afirmaba Carlos Llano). Las personas que intentan alcanzar el éxito comprenden que los logros que valen la pena están antecedidos de una larga lista de errores y errores y, que en lugar de desanimarlos, los dispusieron a terminar lo que iniciaron, con pasión y determinación.
Y acabábamos comentando que llegó nuestro turno. Cada persona exitosa que conozcamos no tiene que volverse nuestro ídolo para aprender de ellos. Lo mejor es identificar bien las cualidades que les ayudaron a tener éxito, para luego practicarlas e incorporarlas a nuestra vida cotidiana. ¿Qué comportamientos hemos observado en personas exitosas? ¿Cuáles de esos comportamientos les han ayudado a tener éxito?
* El autor es Profesor del Área de Política de Empresa (Estrategia y Dirección) en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE).
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Estoy donde estoy (no donde quisiera estar), pero no voy a donde voy (sino a donde quiero ir).