Carlos Serrano Herrera

La economía ya está en recuperación, pero será muy gradual

Se podría tener una recuperación más rápida si se logra revertir la caída en la inversión que se venía observando antes de que la pandemia golpeara a la economía.

El autor es economista en jefe de BBVA México.

La economía del país tocó fondo en el segundo trimestre del año. Tuvo una caída con respecto al primer trimestre de 17.1 por ciento, lo cual implica una contracción de 53 por ciento a tasa anualizada: una caída no observada desde que se tienen datos.

La información disponible indica que la economía ya empezó un proceso de recuperación. En BBVA Research hemos desarrollado un índice de consumo con las transacciones que se realizan en las tarjetas y terminales punto de venta del banco. Es un índice que es un muy buen predictor del dato de consumo del Inegi. Este índice mostró caídas sin precedente en el consumo a mediados de abril: de hasta 35 por ciento a tasa anual. Pero desde entonces ha mostrado un proceso de recuperación. Al 19 de octubre, de acuerdo con nuestro indicador, el consumo ya crecía a tasas anuales de 5.7 por ciento. Desde luego que la fuerza de la recuperación varía de acuerdo con el sector, con el de alimentos mostrando un sólido crecimiento durante toda la pandemia, pero con los sectores de turismo y restaurantes todavía con contracciones de alrededor de 25 por ciento a tasa anual (llegaron a caer un 90 por ciento) al ser de los más afectados por las medidas de distanciamiento social.

La oferta también se recupera. Después de haber estado cerradas, la gran mayoría de fábricas del país están ya en operaciones. La producción de vehículos, por ejemplo, después de haber caído 100 por ciento, hoy ya solamente se encuentra 5.5 por ciento por debajo de los niveles prepandemia. Y la actividad manufacturera seguirá creciendo impulsada por las exportaciones que, me parece, pronto empezarán a aumentar impulsadas por el sector de manufacturas de Estados Unidos que ya está en expansión de acuerdo con el indicador de pedidos manufactureros. Los datos revelan una característica muy importante de esta crisis: que empezó con una contracción simultánea de la oferta y demanda agregadas pero que, dada la más pronta recuperación de la oferta, será cada vez más una crisis de insuficiente demanda agregada. Esto es relevante ya que en situaciones de demanda agregada deprimida es cuando las políticas expansivas, tanto fiscales como monetarias, son más efectivas. Me parece que en México hay espacio fiscal y todavía es tiempo de implementar una política fiscal contracíclica y también de seguir relajando la política monetaria, en un contexto en el que, como ha señalado el Banco de México, la inflación comenzará una trayectoria de convergencia hacia el objetivo de 3.0 por ciento.

Con la información disponible podemos decir, y así lo indica el consenso de mercado, que la economía se va a contraer entre 8.5 y 10 por ciento este año. Será la recesión más profunda desde al menos la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado. Lamentablemente, ha resultado en la pérdida de unos 900 mil empleos formales (afortunadamente ya hay también un proceso de recuperación en este rubro) y de cinco millones de personas, la mayoría informales, que han sido expulsadas del mercado laboral.

El año que viene veremos una recuperación, pero será gradual. Nuestro estimado en BBVA México es de un crecimiento de 3.7 por ciento para 2021; el del Fondo Monetario Internacional es de 3.5 y el de la Secretaría de Hacienda de 4.7 por ciento. Independientemente de cuál de ellos resulte más acertado, todos hablan de una recuperación parcial. Si la economía se contrae este año un 9.0 por ciento, en 2021 tendría que crecer alrededor de 10 por ciento para volver a tener el mismo nivel de PIB que teníamos antes de la pandemia. Es decir, los pronósticos indican una recuperación muy gradual. Nuestro estimado es que la economía no volverá a tener el mismo nivel que tenía en el año 2018 sino hasta 2023. Y eso significa que todavía no recuperará sus niveles en términos per cápita.

Se podría tener una recuperación más pronta si se logra revertir la caída en la inversión que se venía observando antes de que la pandemia golpeara a la economía, para lo cual es necesario lanzar señales de mayor certidumbre hacia los inversionistas y si se implementa una política fiscal contracíclica bien dirigida. Todavía es tiempo de actuar.

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