Opinión Carlos Serrano Herrera

¿Qué explica la estabilidad y fortaleza del peso?

En 2019 el peso mexicano fue la tercera moneda más apreciada del mundo, y es muy probable que los factores que favorecieron este desempeño se mantengan en este año.

En 2019 el peso mexicano fue la tercer moneda más apreciada del mundo, solamente detrás del baht tailandés y del rublo ruso. No solamente eso, el peso se apreció en un contexto en el que la mayoría de las monedas de países emergentes se depreció. Comparado a las otras 10 monedas emergentes más importantes, el peso tuvo un sobredesempeño relativo de alrededor de 15 por ciento. ¿Qué explica esta evolución de la moneda nacional? Me parece que hay cuatro factores principales.

Primero. Los rendimientos ajustados por riesgo de invertir en México son de los más altos entre el mundo emergente. Si observamos el diferencial de tasas de corto plazo de las economías en desarrollo más relevantes contra la tasa de corto plazo de Estados Unidos y ponderamos por el nivel de riesgo de cada uno (lo cual se puede hacer con la volatilidad cambiaria, las calificaciones crediticias o el costo de asegurar deuda contra un evento de impago) vemos que el de México está entre los más altos. Es decir, los inversionistas de flujos de portafolio encuentran en el país una de las mejores relaciones riesgo-rendimiento en el mundo. Esto se explica porque México tiene: i) tasas de corto plazo relativamente altas y ii) fundamentales macroeconómicos sanos (deuda como porcentaje del PIB relativamente baja, inflación controlada, y vulnerabilidades externas muy bajas lo cual se aprecia en un bajo déficit de cuenta corriente que se financia en su totalidad con inversión extranjera directa). De hecho, existe margen para que el Banco de México siga con su ciclo de bajadas y que esta relación riesgo-rendimiento continúe estando entre las más altas del mundo. Contrario a lo que muchos temían, desde que empezó este ciclo de relajación monetaria, el desempeño relativo del peso frente al resto de las monedas emergentes ha sido positivo. Estimo que el Banco Central continuará bajando las tasas hasta niveles de alrededor de 6 por ciento sin que esto traiga una depreciación del tipo de cambio.

Segundo. Se han enviado señales que han moldeado la percepción entre los inversionistas de portafolio que estos fundamentales sanos van a continuar. Esto, ya que el gobierno actual ha mostrado una intención de mantener las anclas fiscal y monetaria. La fiscal con dos presupuestos al hilo que persiguen un superávit primario. La monetaria con dos buenos nombramientos en la Junta de Gobierno del Banco de México, así como con el respeto a la autonomía de esta institución.

Tercero. En un contexto internacional en el que se han dado eventos de protestas masivas —como en los casos de Chile y Colombia— que se tradujeron en depreciaciones importantes de sus divisas y que significaron pérdidas importantes para inversionistas, a México se le observa como un país con baja probabilidad de ocurrencia de eventos como estos. Esto por el hecho de que se tenga un gobierno que se perciba como de izquierda, que tiene poco tiempo en el poder, y que ostenta niveles de popularidad muy altos.

Cuarto. La inminente puesta en vigor del nuevo acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC. Este acuerdo representa una magnífica oportunidad para el país. Debe convertirlo, si se toman medidas que den mayor certidumbre en cuanto al rumbo de las políticas económicas, en el país más atractivo del mundo para invertir si el objetivo es producir manufacturas para exportarlas a Estados Unidos. Esto ya que el T-MEC otorgará a los inversionistas la posibilidad de dirimir controversias mediante procesos de arbitraje con expertos en la materia (posibilidad que hoy ya no otorga la Organización Mundial de Comercio, debido a que no se han nombrado a los jueces que se han retirado), a que México y Canadá quedan protegidos ante la imposición de aranceles a la industria automotriz por parte de Estados Unidos por conceptos de seguridad nacional, y a que el conflicto comercial entre ese país y China se percibe como estructural y de larga duración. Cuando se anunció la aprobación del T-MEC en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, se observó un importante flujo de inversión de portafolio para entrar a México. Me parece que es muy probable que todos estos factores continúen durante 2020 y que, por tanto, podemos esperar un año de estabilidad del tipo de cambio.

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