Socio líder de Management Consulting en PwC México

EU podría reducir incentivos para producir en el exterior: ¿Mala noticia para México?

Consideramos que el conflicto comercial que se ha desatado desde hace algunos años con China, podría continuar e incluso ampliarse, con el objetivo de disminuir la relación productiva económica.

Las empresas deberán estar enfocadas en sus estrategias de largo plazo, continuar desarrollando su talento humano e invertir en tecnologías que les permita mantener una constante innovación. Deberán, además, explorar nichos de mercado donde puedan ser cada vez más competitivos.

Observamos que muy probablemente el gobierno de Joe Biden impulse políticas enfocadas en promover el "Made in USA". Hablamos de relocalizar las operaciones de empresas hacia Estados Unidos −sobre todo reubicar aquellas cadenas de suministro con presencia en países donde hay tensiones comerciales y políticas− a través de incentivos fiscales. De forma similar, identificamos que las políticas del gobierno estadounidense podrían generar sanciones, principalmente fiscales, para compañías que lleven sus operaciones fuera de su territorio. Con este escenario se buscaría motivar la reactivación económica de aquel país. El plan de 700,000 millones de dólares de Biden incluye gastar, durante su administración, 400,000 millones en bienes y servicios de empresas con base en Estados Unidos.

Asimismo, consideramos que el conflicto comercial que se ha desatado desde hace algunos años con China, podría continuar e incluso ampliarse, con el objetivo de disminuir la relación productiva económica.

El panorama no es precisamente una novedad: ya desde hace algunos años, empresas norteamericanas están reconfigurando sus modelos de cadena de suministro para desechar el modelo tradicional global donde dependían de una sola ubicación. En agosto del año 2020 publicamos el análisis "Más allá de China", en el que se resalta que los manufactureros estadounidenses que decidan sacar su producción de China podrían reducir sus costos operativos, en promedio, 23% si lo hicieran a México, y 24% a otro país de bajo costo.

El escenario que plantea el gobierno de Biden podría significar que en diferentes sectores presenciemos la repatriación de recursos o que, eventualmente, determinadas cadenas de suministro regresen a EU. En el caso de las empresas de manufactura es muy importante considerar todos los componentes de su estructura de costos. Por ejemplo, los aranceles son importantes, pero no tanto como el costo de mano de obra y el costo de transporte. Esto quiere decir que los incentivos fiscales por parte del gobierno de Biden tendrían que ser superiores para contrarrestar los otros beneficios que empresas de manufactura pueden tener al ubicar sus hubs productivos en regiones de bajo costo.

Cuando se desea analizar la reconfiguración de cadenas de suministro se deben considerar un gran número de factores. Sin embargo, identificamos dos iniciales: primero qué tan relevante es su contenido de mano de obra, es decir, su costo de mano de obra con relación al costo total del producto. La segunda es la relevancia de la densidad de valor del producto, es decir el valor de los productos del fabricante en comparación con su tamaño o peso. Cuando la densidad de valor de producto es alta −como en sectores de alta tecnología, productos electrónicos de alta tecnología, fabricación de chips, etc.− la proporción de los costos de transporte son menores en relación a su costo total de producción, puedo fabricar estos productos lejos de casa y el costo de transporte no será tan relevante. Visto así, el mercado asiático continuará manteniendo su ventaja para seguir siendo un proveedor importante de productos de alta tecnología.

Por otro lado, si bien la industria automotriz requiere un alto contenido de mano de obra, tiene una baja densidad de valor de producto, por lo que la misma tiene costos logísticos más altos, generando que las políticas del nuevo gobierno puedan afectar en mayor grado al mercado asiático y permitiendo que el sector en México pueda afianzar su rol en el mismo como un jugador clave en la región de Norteamérica.

Otro aspecto que juega a nuestro favor, y que China no tiene, son los acuerdos de libre comercio como el T-MEC –ya con definiciones muy claras, y en algunos casos con aranceles mínimos o sin ellos–. Además, tenemos clústeres industriales muy desarrollados en México que no prevemos que se limiten por políticas proteccionistas. De acuerdo con datos de la Cepal, las exportaciones en el país durante este año podrían crecer hasta 25%.

Tenemos muchas oportunidades para seguir creciendo. Así que además de requerir políticas gubernamentales de largo plazo que incentiven la inversión privada, es muy importante mostrar que como empresarios estamos apostando por el largo plazo; desarrollando nuestro talento humano e invirtiendo en tecnologías emergentes que apalanquen la transformación permanente de nuestros modelos de negocio.

Es una buena oportunidad para que identifiquemos los nichos de mercado donde podemos volvernos más competitivos, proveedores estratégicos o desarrolladores de una tecnología en particular. No dejemos de lado las asociaciones entre empresarios que podrían generar nuevas ventajas competitivas. Ya lo hemos visto con empresas de manufactura que se unen con otras enfocadas en tecnología para ofrecer soluciones diversas. Se trata de ser cada vez más innovadores para desarrollar productos de mayor valor agregado.

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