Claudia Olguin

Hospitalidad reinventa

México se ubicó en la posición 6 de los principales destinos en el mundo, antecedido por Francia, Estados Unidos, España, China e Italia.

La hotelería es el negocio con mayor transformación tras la pandemia y creó entornos para la nueva demanda de viajeros.

El reboarding ha sido acompañado del momento que vive México en sus 3 principales destinos. Cancún-Riviera Maya, Los Cabos y Riviera Nayarit.

Compartimos algunos números retomados hace unos días en el Foro de Expansión de Hoteles y Resorts organizado por Leisure Partners que lideran John McCarthy y Gustavo Ripol son reveladores de esta inercia en el negocio.

Desde antes de la pandemia, el turismo logró crear entre 2012 y 2017, 451 mil empleos, aunque según el WTTC (World Travel & Tourism Council) los empleos directos superan los 4 millones y representan el 7.9% del total del país. Estos datos fueron relevantes en 2017, considerado un año récord en visitantes, gasto per cápita y niveles de ocupación.

Ese año, fueron Playacar, Akumal, Riviera Maya, Playa del Carmen, Cancún, Nuevo Vallarta y Cabo San Lucas los principales destinos por nivel de ocupación, que fluctuó entre 74.95 y 87.71%.

Para 2018 la derrama económica fue de 23 mil millones de dólares y el año pasado visitaron los destinos del país, alrededor de 50 millones de turistas.

La razón es la derrama económica que representa 8.7% del PIB (Producto Interno Bruto) nacional, con lo cual México se ubicó en la posición 6 de los principales destinos en el mundo, antecedido por Francia, Estados Unidos, España, China e Italia.

En función de lo anterior Riviera Maya, Puerto Vallarta, Riviera Nayarit, Baja California Sur, San Luis Potosí, Monterrey, Puebla y Ciudad de México son considerados mercados estabilizados con alto dinamismo.

Como tendencias de lo que funciona figuran el turismo de playa considerados los select destination, así como la presencia de marcas hoteleras consideradas Flags, Lifestyle y Boutique. En el ámbito de productos y servicios, indiscutiblemente destaca lo que ocurre en las rentas de corta estancia a través de plataformas como Airbnb, el tiempo compartido, el fractional ownership, los condominios y residencias turísticas.

De la misma manera conceptos como all inclusive resorts, los desarrollos de uso mixto, el impacto de la gastronomía orgánica (farm-to-table), el turismo sustentable y las experiencias están en la mira de inversionistas, operadoras y desarrolladores.

Asimismo las oportunidades se ven venir en el corredor Ensenada - Valle de Guadalupe, Cabo del Este, Mazatlán, Corredor Punta Mita – San Blas, El Bajío, la Costa de Oaxaca y la periferia de la Ciudad de México (CDMX) a través de lo que generan Hidalgo, Estado de México y Querétaro.

Esto indudablemente es parte de las razones que mueven la hospitalidad, pero también lo que alienta en otros mercados desarrollados como Estados Unidos donde ha logrado revivir activos varados (stranded assets). Una muestra de cómo el negocio se ajusta a nuevas realidades como el regreso de los viajes de negocios y la escasez de mano de obra, un factor que está revitalizando las ciudades. Es una situación que por fortuna está lejos de verse en los destinos mexicanos de mayor dinamismo en tiempo en que a finales de 2021, se registraba la apertura de 13 hoteles que sumaron al inventario dos mil 660 nuevas habitaciones.

No obstante, la inercia de factores como la capitalización vía distintas marcas en un mismo espacio, la sustentabilidad, el diseño net zero y sin duda el bienestar deben ser tomados como olas que empiezan a cubrir proyectos que buscan mantenerse a la vanguardia de las tendencias.

Y esto es una noticia importante para uno de los sectores ganadores de la pandemia.

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