Más de 5.4 millones de metros cuadrados avalan el avance del financiamiento a proyectos inmobiliarios sustentables con certificados EDGE (Excellence in Design for Greater Efficiencies) en México. La firma del primer crédito Hipoteca Verde que Santander otorgó a una vivienda del desarrollo Montalto en Apodaca, Nuevo León de la desarrolladora Vinte es el botón de muestra.
Sin embargo, el avance existe y del sistema financiero se sumarán pronto HSBC y un par de instituciones más que buscan participar en el mercado.
Banco Santander y la International Finance Corporation (IFC), del Banco Mundial, firmaron en mayo pasado el primer acuerdo para impulsar prácticas de construcción sostenible en México.
Esta alianza abre a los desarrolladores el acompañamiento con soluciones y el acceso a financiamiento sostenible para facilitar el acceso a incentivos, subsidios o financiamiento verde.
Santander tiene la meta, este año, de financiar 20 desarrollos que representan un portafolio de 300 mil metros cuadrados de construcción certificados.
Bajo esta certificación, México es el segundo lugar en América Latina con financiamiento de proyectos inmobiliarios sustentables donde la IFC destinaría 4 mil 200 millones de dólares en recursos.
Actualmente, Colombia ocupa la primera posición, resultado de que uno de cada tres proyectos tienen la certificación, no sólo de vivienda.
A su vez, en México hoy existen 5 mil 433 viviendas con certificaciones de sustentabilidad, de las cuales, 33 mil lo están bajo los parámetros EDGE que establecen, entre otros requisitos, reducir mínimo 20 por ciento el consumo de energía, agua y energía incorporada, además del uso de materiales sustentables.
Localmente existen distintas certificaciones, entre las que destacan LEED (Leadership in Energy & Environmental Design) y EDGE, consideradas en el documento Taxonomía Sostenible de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
El avance de esta tendencia ha permitido que otras desarrolladoras como CADU, Consorcio Ara y JAVER se sumen al movimiento.
Estas empresas han logrado generar acciones en pro de la sustentabilidad, no sólo al reducir el consumo energético, sino favorecer en sus procesos de edificación alternativas al uso de materiales de construcción generadores de huella de carbono.
Es indudable el peso que hoy tienen el cemento y acero por el impacto que generan y la participación de mercados entre los países emergentes, donde Brasil lidera en la región de América Latina.
Existen escenarios con modelos predictivos analizados por instituciones globales para financiar proyectos sustentables. Establecen que las acciones decisivas en las cadenas de valor en la construcción podrían reducir 13 por ciento las emisiones el nivel de 2022.
Si bien el avance hoy se puede observar en nichos como los centros comerciales y parques industriales, el segmento de oficinas también avanza en la reducción de emisiones. Justo Citibanamex generó una certificación carbono cero.
No obstante, las previsiones para el lapso 2022-2035 indican que es la inversión en construcción ecológica en viviendas residenciales, la de mayor atractivo para las instituciones financieras y donde se tiene puesta la mirada.
Por ello, ser verde ha dejado de ser un tema voluntario o de moda. Bancos, desarrolladores y consumidores saben que es un camino sin retorno.