Con un déficit al alza, la falta de políticas públicas y propuestas electorales tardías, el negocio de la vivienda ha visto en los últimos días a los astros alinearse en lo que podría ser el reinicio de una era de expansión.
Que se logre crear una nueva política de subsidios, se retome la propuesta de la FIBRA de vivienda y que el Infonvit regrese a su rol de financiamiento para los trabajadores de menores ingresos es indispensable.
Actualmente el déficit de vivienda en México acumula 10 millones, el mercado actual está construido en un 60 por ciento de manera informal y según Sedatu en el 2050 el país demandará 50 por ciento del parque habitacional de hoy. Por ello mitigarlo requiere la incorporación de nuevos esquemas de desarrollo de vivienda social, que prácticamente desapareció en este sexenio debido a la falta de subsidios y al efecto inflacionario, haciendo inaccesible el producto para los trabajadores con ingresos de tres salarios mínimos.
Por ello, la propuesta de la CMIC de crear vía un esquema público-privado una Fibravit para ofrecer vivienda en renta para personas de menores ingresos formales e informales, hace sentido.
La iniciativa que plantea iniciar con recursos por 10 mil millones de pesos, plantea la adquisición y administración de vivienda para arrendamiento, ubicada en zonas urbanas para después de pagar rentas formales y se genere una regresión para crear condiciones de ahorro.
Por eso, articular alternativas de financiamiento de la banca para el sector informal es complemento.
Mientras eso sucede, es relevante observar la reconfiguración del negocio. Un movimiento es el anuncio de la OPA que Vinte hizo a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), con la cual busca adquirir 100 por ciento de las acciones de la desarrolladora de vivienda JAVER.
La operación, valuada en 4 mil 290 millones de pesos, aún debe ser avalada por su Asamblea General de Accionistas, la Comisión Federal de Competencia Económica y la Comisión Nacional Bancaria de Valores (CNBV), es una estrategia empresarial que reconfigura el negocio.
Así, Vinte, que ha desarrollado 58 mil viviendas en ocho estados del país, sumaría la presencia de mercado que en 50 años la empresa regiomontana ha levantado, al construir 12 mil 201 viviendas en Nuevo León, Jalisco, Estado de México, Quintana Roo, Querétaro, Aguascalientes, Tamaulipas y Puebla.
Al consolidarse la operación, Ara quedaría en segunda posición con menos de la mitad de valor de capitalización en el índice hábita del mercado de valores, mismo que viene perdiendo inercia desde 2021.
Estas son razones que permiten ver el tamaño del problema, que vive múltiples presiones ante el abandono de políticas de gobierno que no permiten producir las 700 mil unidades que cada año se requieren.