Cuando la "Cocina Tradicional Mexicana, cultura comunitaria, ancestral y viva, El Paradigma de Michoacán" –nombre original del expediente presentado en 2010- fue admitida a formar parte de la lista representativa del Patrimonio Cultural de la Humanidad por parte de la UNESCO, todos quienes nos dedicamos al estudio de la gastronomía nacional pensamos que por fin la cocina mexicana sería tomada en cuenta de manera definitiva como un tema a tratar desde los planes de gobierno de las secretarías que atañen al tema, que en realidad debieran ser todas, pues desde el campo, hasta la mesa, la cocina en México es un tema que toca temas de toda índole: educación, economía, desarrollo agrario, turismo, relaciones exteriores, salud, cultura, etc.
Sin embargo, los esfuerzos, del entonces gobierno de Felipe Calderón, fueron nulos y así se demostró durante los dos primeros años del nombramiento, en los que el Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana, organismo de la sociedad civil, que logró el nombramiento en la sesión plenaria de la UNESCO en Nairobi, Kenia, no fue siquiera recibido en la residencia oficial de Los Pinos, como sucede con otros temas, como las selecciones deportivas, ni tampoco hubo pronunciamiento alguno que felicitara al organismo por tal logro –fuimos la primera cocina del mundo en lograr dicho nombramiento-.
De ahí es que surgió un movimiento que se llamó "Cocineros a los Pinos" y que pugnaba por el reconocimiento de lo que se estaba haciendo en nuestro País en materia culinaria. Después, con el comienzo de la administración del todavía Presidente Enrique Peña Nieto, el tema fue retomado por la que fuera Secretaria de Turismo luego Secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu, quien comenzó un programa de promoción de la cocina mexicana tradicional y de vanguardia en el extranjero al cual titularon "Ven a Comer"; del cual surgió la idea de lanzar la "Política para el Fomento de la Gastronomía Nacional", la cual fue lanzada con bombo y platillo por el propio Presidente de la República en un acto realizado en la Ciudad de México. Aquél día fuimos convocados; periodistas, escritores, investigadores, cocineros, promotores y una larga lista de involucrados en los procesos del movimiento nacional de cocina mexicana.
En el acto protocolario se anunció que todas las secretarías de estado participarían en el apoyo a la materia y que se instalaría un "Órgano consultivo de la Gastronomía Mexicana" (cosa que no sucedió y que solamente tuvo un par de reuniones entre los más allegados a Ruiz Massieu y en fechas recientes una con el actual Secretario de Turismo, Enrique de la Madrid). Luego todos supimos de una investigación periodística que estaban realizando un equipo de fotógrafos y escritores contratados por el sello Ven a Comer, en el que también se hicieron videos promocionales por parte del productor Pedro Torres (hasta la fecha los mejores logrados por cierto); sin embargo, el libro nunca vio la luz, ya que ya estando impreso (circulan por ahí un par de ejemplares) decidió guardarse en alguna bodega, ya que justamente cuando sería publicado y presentado por la Secretaria de Turismo, esta fue cambiada de puesto y convertida en Canciller.
Así, el nuevo titular de la dependencia Enrique de la Madrid decidió no continuar con Ven a Comer, ya que pondría especial énfasis en regresar a la promoción de los Pueblos Mágicos. Nuevamente la cocina fue puesta de lado. Lo último que pudo hacer Ruiz Massieu como titular de la Secretaría de Turismo fue organizar un Encuentro Nacional de Cocineras Tradicionales en Morelia, Michoacán (evento que no ha vuelto a suceder). Aunque Ruiz Massieu intentó seguir con la promoción de la cocina desde la Secretaría de Relaciones Exteriores, nuevamente fueron limitados los eventos organizados en torno a la cocina, incluso se anunció que algunos cocineros de renombre en México serían nombrados literalmente "Embajadores de la Cocina Mexicana" en el mundo y que tendrían pasaportes diplomáticos, algo que tampoco ocurrió.
Mucho se ha dicho sobre los recursos invertidos en el programa Ven a Comer, los cuales derivaron en pro-blicitarias, videos que ya no se utilizan, cenas alrededor del mundo de las cuales nadie sabe porque no tuvieron cobertura mediática. A la par, el Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana sigue sin presentar un informe claro sobre los recursos que reciben para mantener los informes anuales ante la UNESCO, ya que el nombramiento como Patrimonio Cultural de la Humanidad no es a perpetuidad se tiene que demostrar que el Gobierno del país donde radica el bien declarado está haciendo cosas para mantener vivas y vigentes las tradiciones culinarias.
El último desatino al respecto fue la organización del Foro Mundial de la Gastronomía Mexicana por parte del Conservatorio en Long Beach, California, donde hubo presentes solamente dos medios de comunicación mexicanos y de cuyos trabajos nadie sabe y a todas luces en poco o en nada ayudaron a que se sepa en México que nuestra cocina es Patrimonio. Parece increíble que siendo México uno de los países con mayor diversidad gastronómica en el mundo, no contemos todavía un programa que pueda continuarse no importando el gobierno en turno. En Perú, uno de los países que mejor ha llevado a cabo el concepto de turismo gastronómico, están por celebrar los 10 años de Mistura, una feria de gastronomía nacional celebrada en Lima ante la asistencia de más de un millón de personas por edición.
En España cada año el 30% del total de los turistas se trata de visitantes que van a comer y hacer las rutas del vino exclusivamente. En un par de semanas comenzará la administración del Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador y lo que sabemos es que la cocina será tratada desde el ámbito de la Secretaría de Cultura, su titular Alejandra Frausto nos convocó antes de las elecciones en el restaurante Contramar, de la colonia Roma en la Ciudad de México (propiedad de la empresaria restaurante Gabriela Cámara, quien también ha sido propuesta para dirigir el Consejo de Promoción Turística de México CPTM) para conocer la problemática del gremio y para acercar a sus filas a investigadores que siempre han luchado por la defensa de la soberanía alimentaria nacional, como es el caso de la maestra Cristina Barros. Dentro de sus planes está la concepción de la cocina mexicana como un bien cultural que necesita ser enseñado desde la educación básica a todos los niños mexicanos.
Dato interesante es que, después de años en campaña, Andrés Manuel López Obrador ha recorrido de punta a punta el país y como parte de estas giras ha promovido la cocina de cada estado en sus redes sociales. Nunca falta la foto del entonces candidato y hoy Presidente electo "echándose un taco o una torta" en algún lugar del País. A tal grado que quienes le han seguido en el camino crearon la "Pejeguía del Buen Comer", una aplicación móvil que pueden descargar los usuarios de los teléfonos inteligentes y ver los lugares que ha visitado y que recomienda. Hoy, la Pejeguía tiene una importante participación en redes sociales y más allá del chascarrillo o la anécdota en el medio gastronómico ha sido recibido con la esperanza de tener los próximos seis años un Presidente al cual le guste la cocina, pero que también la entienda, la promocione y le dé seguimiento.
En cuanto al nombramiento de Cámara como posible titular del CPTM, la visión es esperanzadora pues forma parte de un movimiento de cocina mexicana que comenzó hace 20 años a replantearla como una de las mejores y más originales del mundo. Ojalá que no se quede en una anécdota y que no sea nuevamente un plan hecho entre amigos para el beneficio de algunos y que sea sí para el desarrollo de México como potencia mundial en el todavía en boga "Turismo Gastronómico". Estamos a tiempo.