Clemente Ruiz Duran

Aumento en tasas de interés: el laberinto de la soledad

La política antiinflacionaria basada en el alza del costo del dinero ha sido sumamente rentable para el sector financiero, que ha ampliado su margen de operación.

El viernes pasado la Junta de Gobierno del Banco de México decidió incrementar en 50 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 11.00 por ciento, con efectos a partir del 10 de febrero de 2023. El argumento fue que este aumento contribuirá a reducir las expectativas inflacionarias, esperando que la inflación se reduzca de 8 por ciento en el último trimestre de 2022 a 4.9 por ciento en el último trimestre de 2023 y que se alcance la meta de 3 por ciento a finales de 2024. Sin embargo, en su comunicado no se mencionan las presiones inflacionarias provenientes del desabasto global en alimentos y en insumos industriales clave, lo cual no se resolverá con un mayor costo del dinero, sino que incluso se podría empeorar.

En este entorno la política antiinflacionaria basada en el alza del costo del dinero ha sido sumamente rentable para el sector financiero, cuyas tasas activas se han elevado y han ampliado el margen de operación. El nivel de ganancias del sector bancario en 2022, de acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores obtuvo ganancias por 236 mil 743 millones de pesos en su conjunto, un 30 por ciento más que en 2021 que alcanzaron 182 mil 75 millones de pesos; inclusive, mejores al año prepandemia, ya que en 2019 llegaron a 163 mil 78 millones de pesos.

Los datos de la CNBV indican que los seis bancos de importancia sistémica, es decir BBVA, Banorte, Santander, Citibanamex, HSBC y Scotiabank, concentraron 75.6 por ciento de las ganancias el año pasado, al sumar 179 mil 117 millones de pesos. Tan solo BBVA, la institución más grande obtuvo ganancias por 76 mil 537 millones de pesos en 2022, 27 por ciento más año contra año y llegó a representar 32.3 por ciento de las utilidades totales del sistema. Banorte, presidido por Carlos Hank, reportó un resultado neto de 34 mil 549 millones de pesos, un avance de 32.4 por ciento contra 2021 y que equivale a 14.5 por ciento las ganancias totales; a su vez, Santander logró 26 mil 469 millones de pesos, 46 por ciento más que al año previo y equivalente a 11.1 por ciento del total de los bancos.

A su vez, HSBC obtuvo ganancias por 10 mil 10 millones de pesos, monto 256 por ciento mayor respecto a los 2 mil 806 millones reportados en 2021, es decir, 4.2 por ciento; mientras que en Scotiabank logró 11 mil 117 millones de pesos, 18 por ciento más que el año previo y 4.7 por ciento del total. Citibanamex fue el único que obtuvo ganancias menores a las de 2021, ya que sólo alcanzaron 20 mil 433 millones de pesos, 8.7 por ciento por debajo de los 22 mil 396 millones reportados en 2021.

Esta creciente rentabilidad ha estado asociada a un aumento del margen de intermediación financiera que no se ha acotado por parte de las autoridades, ya que si se analiza el monto de la cartera de crédito vigente sólo se aumento un 12.4 por ciento, al pasar de 5 billones 549 mil 349 millones de pesos en 2021 a 6 billones 238 mil 919 millones de pesos en 2022, equivalente a un incremento de 12.4 por ciento frente al aumento de 30 por ciento en las ganancias. Esto debiera ser un punto de reflexión para el país, y especialmente para las autoridades financieras, ya que esta situación coloca a México en uno de los países más caros en intermediación financiero, lo que inhibe el crecimiento del sector productivo del país.

Esta situación debería conducir a un rediseño de la política financiera del país buscando reducir los márgenes de intermediación financiera para incentivar actividades prioritarias para el país. En esta perspectiva debiera realizarse un análisis detallado de la estructura de los márgenes buscando regularlos y con ello reducir el costo de financiamiento. Esta situación ha sido señalada en varias ocasiones sin que se hayan tomadas medidas para revisar esta estructura de las tasas de interés, el problema es que cualquier aumento de la tasa base repercute en las tasas activas de manera amplificada y de manera discrecional. En esta perspectiva parece necesario que autoridad reguladora, en este caso la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, debiera ser la que presentara un reporte al respecto y propuestas para regular los márgenes de intermediación financiera.

No es una tarea fácil de realizar, se requiere de voluntad política para avanzar en esta dirección, la idea sería reducir el costo del financiamiento en el país para incentivar de una manera más contundente el desarrollo empresarial de México, buscando dar viabilidad a los negocios de emprendedores que ven obstaculizado este proceso debido a los altos costos financieros. Es una tarea ardua y un camino turbulento, pero que puede conducir a una expansión de los pequeños empresarios innovadores que ven en el costo financiero un obstáculo para embarcarse en procesos empresariales más audaces y que permitan impulsar el crecimiento de la economía.

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