Clemente Ruiz Duran

Expectativas sobre el Presupuesto 2024

En la parte del gasto están los grandes retos para la administración que termina, ya que se requerirán recursos para no dejar inconclusas las megaobras del gobierno.

Cada año la sociedad crea expectativas sobre el Presupuesto, esperando que se atiendan las demandas más urgentes de la sociedad, sin embargo, el proceso se esfuma en cuanto las cifras frías se dan a conocer por parte de la Secretaría de Hacienda. Por el lado de los ingresos, la expectativa ha sido la de una reforma fiscal que fortalezca a las finanzas públicas para poder acometer las tareas del desarrollo de manera amplia y transformar al país hacia la igualdad y que siente las bases de un estado de bienestar. Sin embargo, cada año esta idea se desvanece, al constatar la captura del Estado por parte de los grandes capitales que impiden que se realice la reforma fiscal para conservar su condición económica de privilegio. En 2024 es de esperarse que esta situación no se rectifique y sigamos dependiendo de la elasticidad de las finanzas públicas, cuyos ingresos continuarán vigilados por la arquitectura diseñada por Raquel Buenrostro para asegurar, por la vía del SAT, una recaudación suficiente para lograr crecimientos del Presupuesto y atender su estructura tendencial.

En la parte del gasto se presentan los grandes retos para la administración que termina, ya que, por una parte, se requerirá dotar de presupuesto a las megaobras de la administración para ratificar que no se dejará nada pendiente.

Son muchos los pendientes empezando por la Refinería Olmeca, cuya expectativa es que una vez que entre completamente en funciones, genere 319.6 millones de barriles diarios de gas seco, gas licuado, propileno, gasolinas, diésel, turbosina, combustóleo, azufre y coque. A lo anterior, se suma la puesta en marcha de los trenes de pasajeros, un primer paso se ha dado parcialmente con el recorrido parcial del Tren Maya el pasado fin de semana, lo que se reforzará con la puesta en marcha, el 15 de septiembre, del tren ‘El Insurgente’, estas obras requieren de un amplio presupuesto para dejarlas operando en 2024.

El proyecto más ambicioso es el proyecto interoceánico, pero también es el que más retraso lleva, de terminarse beneficiará 79 municipios: 33 de Veracruz y 46 de Oaxaca, en donde habitan 2.4 millones de habitantes, 34.6 por ciento son personas que pertenecen a pueblos indígenas y afroamericanos, con una población que vive en dos terceras parte en condición de pobreza. El corredor logístico contará, cuando se termine, con un ferrocarril, puertos, gasoducto y un oleoducto renovado, a lo que se sumará la existencia de parques industriales de procesamiento que ayudarán al fortalecimiento de la vocación agroindustrial de la región y de parques de manufactura ligera. Lo fundamental en este caso es dotarlo de presupuesto para habilitar al Puerto de Coatzacoalcos y Salina Cruz de forma que se convierta en un escape para el flujo marítimo internacional del Canal de Panamá, que en estos momentos se encuentra en graves problemas de operación.

Una de las tareas que se suma es la de realizar una reforma que otorgue amplia cobertura de salud, con servicios de atención y medicamentos suficientes, esta es una de las grandes fallas de la administración y que fue constatada con la encuesta de Ingreso Gasto de los Hogares 2022. La preocupación es grande y pareciera ser la causa del frustrado intento de Zoé Robledo para declinar su lanzamiento como gobernador de Chiapas.

La administración se encuentra entrampada para lanzar un Proyecto de Presupuesto que cubra estas tareas y cumpla con lo prometido y no dejar pendientes para el futuro, la única salida será aumentar el endeudamiento público a lo cual se ha resistido. Sin embargo, pareciera ser la única salida para garantizar que las megaobras lleguen a un buen término. Es un momento oportuno para esta opción, ya que existe liquidez suficiente a nivel internacional para acometer esta tarea, el costo sería más alto si se decide dejar sin terminar estas obras. Es momento de una ingeniería financiera que resuelva el faltante de recursos. Pareciera ser que la suerte está echada y que se requiere financiar el último tramo de manera adecuada. El tema es interesante porque abre un cuestionamiento para la próxima administración de qué ruta se seguirá para armar el Presupuesto 2025, ninguna de las fuerzas políticas se ha expresado en torno a esta delicada situación, pareciera que con el no mencionarlo se pudiera solucionar, estamos ante una pregunta clave, cómo financiar el desarrollo 2024 y rearmar las finanzas públicas para el periodo 2025-2030. Es momento de grandes decisiones.

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