La estrategia develada por Trump la semana pasada, ponía en evidencia de que había llegado a la Presidencia un hombre que sustentaría su poder en los grandes empresarios de Silicon Valley, dando por inaugurada una nueva era en donde se mostraba el predominio del capital digital sobre el capital industrial. El predominio del capital digital sobre el capital industrial refleja una transformación significativa en la economía global, impulsada por la revolución tecnológica y la digitalización. Este fenómeno se caracteriza por un cambio en el centro de gravedad del poder económico, desde los sectores tradicionales de manufactura e industria hacia empresas y plataformas que operan en el ámbito de la información, los datos y las tecnologías digitales.
Esta propuesta implica grandes cambios en la forma como se concibe el poder ya que el capital digital se fundamenta en el valor generado a través de activos intangibles como software, datos, plataformas digitales y redes. Ejemplos son empresas como Google, Amazon, Meta, Apple y Microsoft. En cambio, el capital industrial sobre lo que sustentó Biden su estrategia, estaba asociado a activos tangibles como fábricas, maquinaria y bienes físicos. Si se analiza vemos que los capitales que sustentaron el Bideneconomics fueron sectores como la manufactura automotriz, la minería y la construcción.
El rediseño propuesto por el presidente Trump está fundamentado en factores que impulsan el predominio del capital digital, en donde la escalabilidad puede ser mayor dado su alcance global: las plataformas digitales tienen una capacidad única para escalar rápidamente a nivel global con costos marginales bajos, mientras que el capital industrial enfrenta limitaciones físicas y logísticas. En la economía digital, los datos son considerados ‘el nuevo petróleo’. La capacidad de recopilar, procesar y analizar datos a gran escala otorga una ventaja competitiva significativa. De hecho, los avances en inteligencia artificial, blockchain, cloud computing y tecnologías de la información han dado lugar a nuevos modelos de negocio basados en servicios digitales, que ha ido acompañado de un cambio en el consumo, ya que crecientemente los consumidores cada vez prefieren servicios digitales, desde el comercio electrónico hasta el entretenimiento en línea, lo que genera un flujo constante de ingresos para las empresas tecnológicas.
La propuesta del pasado 20 de enero fue una propuesta de reconcentración de poder, ya que el capital digital tiende a concentrarse en unas pocas empresas que dominan mercados estratégicos, buscando enfrentar el proceso de desindustrialización que existe en los Estados Unidos. Esto ha llevado a cambios en el empleo ya que la automatización y la digitalización han reducido la necesidad de mano de obra en sectores industriales, mientras que la demanda de habilidades digitales y tecnológicas sigue aumentando. Esto ha llevado que el predominio del capital digital ha exacerbado la desigualdad, ya que los beneficios económicos se concentran en grupos limitados, como accionistas y trabajadores especializados en tecnología.
La propuesta del presidente Trump, súbitamente ha sido cuestionada por DeepSeek que ha puesto en jaque a las empresas tecnológicas de Estados Unidos, ya que creó una serie de modelos de inteligencia artificial optimizados sin la necesidad de hardware ultraespecializado, haciendo que empresas de inteligencia artificial y de hardware entraran en jaque. Las empresas estadounidenses entraron en jaque porque en lugar de venderlo lo subieron a Internet para acceso público (open source) haciendo que cualquier persona pueda tener un sistema de inteligencia artificial ultra eficiente en su computadora personal. Esto abre un frente no esperado por la administración Trump y obliga a reflexionar sobre esta transformación de la sociedad postindustrial de estados, ya que el capital digital seguirá dominando en las próximas décadas, especialmente con la expansión de tecnologías emergentes como el metaverso, la inteligencia artificial y la computación cuántica. Las políticas públicas tendrán que equilibrar el crecimiento del capital digital con la regulación adecuada para abordar problemas de concentración de poder, desigualdad y sostenibilidad.
Es un gran reto el enfrentar esta nueva DeepSeek, una empresa china de inteligencia artificial fundada en 2023 por Liang Wenfeng, ubicada en Hangzhou, Zhejiang. La compañía ha ganado reconocimiento por desarrollar modelos de lenguaje de gran tamaño (LLM), que compiten con los de gigantes tecnológicos como OpenAI, pero con costos significativamente menores. Su modelo más reciente, DeepSeek-R1, ha demostrado capacidades avanzadas de razonamiento en áreas complejas como matemáticas y codificación, y está disponible de forma gratuita y con código abierto, lo que permite a desarrolladores y usuarios acceder y personalizar la tecnología según sus necesidades.
La irrupción de DeepSeek en el mercado ha generado un impacto considerable en la industria tecnológica global. Empresas estadounidenses como Nvidia han experimentado caídas significativas en el valor de sus acciones debido a la eficiencia y accesibilidad de los modelos de DeepSeek. Este desarrollo ha suscitado debates sobre la competitividad en el ámbito de la inteligencia artificial y ha llevado al gobierno de Trump, a instar a la industria estadounidense a intensificar sus esfuerzos para contrarrestar el avance de la IA china. No queda claro que las empresas estadounidenses puedan responder de forma rápida a esta situación, ya que las empresas chinas se distinguen por su enfoque en la transparencia y la eficiencia. A diferencia de otras empresas que requieren inversiones masivas en infraestructura, DeepSeek ha logrado desarrollar sus modelos utilizando chips Nvidia H800 de menor rendimiento, lo que ha resultado en una reducción significativa de costos sin comprometer el rendimiento. Además, al adoptar un enfoque de código abierto, la empresa promueve la accesibilidad y la colaboración en el desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial. La rápida ascensión de DeepSeek refleja la capacidad de las startups chinas para innovar y desafiar a los líderes establecidos en la industria tecnológica global, subrayando la importancia de la adaptabilidad y la eficiencia en el desarrollo de tecnologías emergentes. La administración Trump ha sido cuestionada en sus bases por un mercado dinámico.