En julio pasado los presidentes de Estados Unidos y México ratificaron el nuevo tratado de libre comercio de América del Norte (TMEC) declarando que este nuevo acuerdo consolidaba la relación entre Canadá, EU y México y se convertía en el más importante de la economía mundial. Estas palabras fueron un poco prematuras, ya que en este fin de semana llegaron a un acuerdo finalmente quince países de Asía y Oceanía denominado Asociación Económica Integral Regional (AEIR o RCEP, en sus siglas en inglés) convirtiéndose en la mayor asociación comercial del mundo, este acuerdo representa una gran victoria para China, el principal promotor del proyecto que llevó ocho años de negociaciones, y abarcará a 2 mil 100 millones de consumidores y 30 por ciento del PIB mundial.
China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda suscribieron el pacto junto a los diez países miembros de la Asean (la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, integrada por Indonesia, Tailandia, Singapur, Malasia, Filipinas, Vietnam, Myanmar, Camboya, Laos y Brunei). Al término de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, presidida por el primer ministro de Vietnam (Nguyen Xuan Phuc), se dio a conocer la noticia que tendrá un fuerte impacto en las relaciones comerciales mundiales. El único país que no ratificó el acuerdo fue India, que decidió retirarse el año pasado de las negociaciones debido a la preocupación de que bienes baratos chinos pudieran inundar su mercado, sin embargo aun tiene la posibilidad de incorporarse en el futuro si lo desea.
Este nuevo acuerdo comercial fortalecerá los intercambios comerciales en la zona más dinámica del mundo. De acuerdo a las estimaciones del Fondo Monetario Internacional, la expectativa de crecimiento para 2021 es que China crecerá 8.2 por ciento en 2021, India 8.8 por ciento y los países del Sudeste Asiático 6.2 por ciento, lo que compara con estimaciones de 3.1 por ciento para Estados Unidos, 5.2 por ciento para la Zona Euro y 3.6 por ciento para América Latina. Este dinamismo acrecenterá los intercambios comerciales y reforzará las tendencias de crecimiento de la región. Hoy las exportaciones de la región (excluyendo a India) representan 26 por ciento del total mundial pero sólo absorben 13 por ciento de las importaciones, lo que genera un superávit con el resto del mundo.
La firma de este acuerdo debe hacer reflexionar a la economía global, ya que representa un paso adelante en la consolidación de China como el hegemon mundial, lo cual es un reto para el resto del mundo, porque esto afectará la dinámica del comercio mundial, afectando especialmente a la región de América del Norte y a Latinoamérica, puesto que gran parte de sus insumos provienen de esa región y con el convenio firmado tendrán una mayor ventaja comparativa e inducirán un mayor déficit en las otras regiones. Esto significa que la región Asia-Pacífico ha logrado consolidar su ventaja comparativa, reforzando su competitividad en la economía mundial.
Esto demanda un replanteamiento de las relaciones económicas de la región de América del Norte y de América Latina, este tratado trae como consecuencia economías de escala para la región Asia-Pacifico y con ello un abaratamiento de sus productos lo que hace previsible un aumento del déficit que se tiene con esta región. Para Estados Unidos que está en la transición de poder, de los republicanos a democrátas, esto le cae como una bomba ya que muestra claramente la incapacidad de la administración Trump que equivocadamente se retiró del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, el cual les beneficiaba y les permitía tener un cierto grado de influenza en la región.
Con este tratado China se muestra como el defensor del multilateralismo, de acuerdo a las declaraciones del ministro chino, Li Keqiang: "en las circunstancias mundiales actuales, [el acuerdo] aporta un rayo de luz y de esperanza entre los nubarrones" dejados este año por la pandemia y las tendencias desglobalizadoras. Este acuerdo "muestra claramente que el multilateralismo es la vía correcta y representa la dirección adecuada para la economía mundial y el progreso de la humanidad".
En esta perspectiva surgen varias preguntas para la administración Biden. La primera es si volverán al Tratado de Integración de Asociación Transpacífica (TPP); en segundo lugar es qué cambios realizará la nueva administración con China, que en la administración Trump ha sido de confrontación, lo que ha tensado no sólo las relaciones bilaterales sino ha afectado las relacione multilaterales de Estados Unidos. De darse un cambio en las relaciones de Estados Unidos hacia una normalización de las relaciones con China esto beneficiaría a México, y le ayudaría a fortalecer sus relaciones con el sudeste asiático. Es un reto importante para la política comercial de México, ya que abre una oportunidad de debate sobre las relaciones económicas con el exterior, pero esto sin duda requerirá de definiciones de la administración de AMLO. En tanto se define la estrategia, debieran de darle la bienvenida a este nuevo acuerdo y mostrar su interés por fortalecer la relación Asia–Pacífico, haciendo énfasis en que el fortalecimiento de acuerdos multilaterales es el camino para hacer menos difícil la recuperación después de la pandemia.