Por Miguel González Mendoza

Las medidas de seguridad son una necesidad esencial que han acompañado la historia de la humanidad. Ya sea como persona de negocios o dueño de una casa, o bien como instituciones públicas o privadas, la seguridad es un tema que nos atañe a todos.

Mis vecinos están preocupados porque ha habido, lamentablemente, una serie de robos a casa habitación y robo de autopartes y autos. La junta vecinal contempla una serie de acciones que van desde mejorar iluminación, colocar cámaras de videovigilancia, hasta cerrar calles y, por supuesto, hacer más sinergia con las autoridades exigiendo, entre otros, mejor patrullaje y cero impunidad.

Sin embargo, en buena medida depende de los recursos disponibles la solidez de las medidas preventivas para evitar que malhechores puedan acceder a nuestros bienes. Estas medidas pueden ser físicas, digitales o una combinación de ambos. Apostar a la combinación puede brindarnos una serie de nuevos servicios de seguridad, al contar con dispositivos conectados a internet (IoT), fortalecer el manejo de datos y utilizar modelos impulsados por la inteligencia artificial (IA).

Respecto a seguridad física, en unos cuantos años pasamos de casa abiertas y, a lo más, algunas enrejadas, a casas con bardas y cercas electrificadas, incluyendo conjuntos residenciales cerrados. Aunque lo ideal es que no desconfiáramos del prójimo, la realidad nos ha obligado a tomar estas medidas a modo de precaución. En la actualidad, es posible encontrar soluciones digitales que mejoran cerraduras, portones electrificados y con apertura por internet y a través de biométricos, cámaras de videovigilancia con detección de movimiento e interconexión con servicios privados de seguridad, botones de pánico y alertas vecinales, entre otros.

Si bien toda medida disuasiva ayuda, en cierta medida, a frenar la delincuencia, también atrae la atención de criminales más organizados, llevando a un siguiente nivel de sofisticación las soluciones de seguridad preventiva, incluyendo el análisis de la información que las personas publican en redes sociales para identificar tendencias y patrones.

Imaginemos que toda la información disponible en línea pudiera cruzarse con la existente en la policía. Podríamos contar con una policía predictiva como aquella que ya existe en varias ciudades del mundo, como Nueva York con su solución CompStat desde 1995, tratando de predecir en dónde habrá un posible crimen. De igual manera, Armorway en las costas de Nueva York, Boston y Los Ángeles es una solución que utiliza IA y teoría de juegos para predecir cuándo terroristas u otras amenazas cometerán un atentado o delito. En México es ya un proyecto que se pretende integrar a la nueva Guardia Nacional a través de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

Variantes de estas herramientas se han complementado con herramientas de Ciberseguridad; en el lado predictivo, el Laboratorio de Inteligencia Artificial (CSAIL) y la Iniciativa de Aprendizaje Automático del MIT, PatternEx, desarrollaron recientemente una plataforma de IA llamada AI2 que predice los ataques cibernéticos significativamente mejor que los sistemas existentes al incorporar continuamente conocimiento de expertos humanos.

De acuerdo con el estudio de la Universidad de Stanford "Cien años sobre inteligencia artificial (AI100)", el uso de IA ya es tendencia en seguridad y prevención de delitos, tal como se muestra en diferentes aplicaciones actuales. Por ejemplo, un gran proyecto llevado por la TSA (Transportation Security Administration (TSA) de Estados Unidos, llamado DARMS, abreviatura de la solución de gestión dinámica de riesgos de aviación, será un sistema inteligente que integrará la información en todo el sector de la aviación para adaptar un perfil de seguridad personalizado para cada persona y por vuelo. Gracias a tecnologías de IoT, manejo de datos y de IA que un túnel inteligente verificará cada persona mientras camina a través de él, eliminando la necesidad de líneas de seguridad. DARMS está previsto para ser introducido en los aeropuertos de EUA en un lapso de cuatro a 10 años.

Es importante recalcar que las herramientas de predicción de IA aplicadas a medidas de seguridad serán benéficas siempre y cuando sean desarrolladas e implementadas con las precauciones apropiadas y alineadas con las normas en vigor, buscando así mitigar los sesgos humanos para disminuir o eliminar sus posibles efectos.

Mientras estos servicios llegan al mercado y son asequibles para nuestra junta vecinal, lo mejor que podemos hacer es acercarnos a las organizaciones de la coalición IA2030Mx que procuran el uso ético de la IA y propician el desarrollo e implementación de soluciones en sectores como educación, salud, gobierno, reflexionando sobre los posibles riesgos y discutiendo alternativas para mitigarlos.

El autor forma parte de la Mesa Directiva IA2030Mx y es investigador del Tec de Monterrey y expresidente de la Sociedad Mexicana de Inteligencia Artificial (SMIA).