Colaborador Invitado

El Estado de las Cosas: Realidad Aumentada y expansión pictórica

El Museo Universitario del Chopo reabrió sus puertas con cuatro exposiciones, la de Marcos Castro apuesta por la RA para reflexionar sobre nuestra identidad y las posibilidades de la pintura en lo digital.

Desde hace algunos años la Realidad Aumentada (RA) se abre paso de forma lúdica en diversos ámbitos de la vida por una de sus cualidades más atractivas, la capacidad de alterar visualmente cosas y entorno. En las redes sociales basta un filtro para cambiar el escenario de fondo o incluso nuestros rostros: otro color de ojos, una piel sin imperfecciones, maquillaje, contorno afilado… Podemos ser otros al ocultar o invisibilizar parte de lo real. Claro está que la RA no es solo filtros, pero viene bien el ejemplo para experimentar El Estado de las Cosas del artista visual Marcos Castro (1981), exposición en la que los filtros se emplean para revelar.

La exposición es un acercamiento al muralismo, tema de interés para el artista por sus cualidades pictóricas “y las capacidades que tiene también...de generar cierto imaginario que ha sido fundamental en nuestro país para generar identidad”. Es además, una exploración artística que se vale de la RA para expandir los formatos pictóricos, “sacar la pintura de su formato cuadrado, como para que invadiera como mural, se expandiera y se volviera una especie de narrativa conectada”. Esta narrativa conecta con temas en torno a la construcción de una identidad nacional, sobre todo en el muralismo: “cómo a partir de la decisión de un pintor de generar una imagen con este nivel de dramatismo se convierte en una especie de verdad en la historia”, Marcos reflexiona sobre lo seleccionado para elaborar esas imágenes artísticas que describen lo mexicano, así como lo que quedó fuera, “la exposición tiene mucho que ver también con esa búsqueda de identidad.. que se construyó a partir de un imaginario muy específico”.

El artista mexicano retomó La erupción del Xitle, mural de Jorge González Camarena, que muestra a un grupo de indígenas originarios de Cuicuilco, parten de su sitio ante el desastre natural, un evento que se ha vuelto fundacional para la Ciudad de México. Marcos replantea ambos, escenario y evento, el volcán queda al centro de la escena, rodeado de nopaleras, milpas, rocas y elementos simbólicos y prehispánicos como la Coatlicue. En colaboración con CENTRO y Synergy Studio, desarrolló filtros de RA que dan vida al evento, el volcán erupciona más violento y menos romantizado que en el mural, arroja material incandescente hacia todas partes y varios elementos se revelan: “había una poética en también poder visibilizar cosas que no estaban presentes en la obra”, entre lo visibilizado están los nombres de distintos pueblos originarios que no forman parte de esa identidad construida en murales, cine, discursos… De tal forma que una vez que el espectador utiliza los filtros (disponibles en la cuenta IG del Chopo), experimenta otra narrativa sobre nuestra identidad y expande su propia experiencia como espectador.

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