Hace algunos días fui invitada a participar en Cultura al Derecho, una producción de la Facultad de Derecho de la UNAM y Canal 22, cuyo fin es analizar los derechos humanos desde las artes y las manifestaciones culturales. El programa televisivo se transmitirá este 20 de abril por Canal 22. Lo interesante de este ejercicio fue reflexionar a partir de una película sobre la importancia del acceso a la información y el papel que juega el periodismo en las sociedades modernas.
La película seleccionada fue Spotlight o En primera plana, basada en hechos reales, que cuenta la historia de cómo un grupo de reporteros del periódico The Boston Globe, que pertenecen a una unidad de investigación llamada ‘Spotlight’, indagan para descubrir que, en Massachusetts, Estados Unidos, cientos de menores habían sido abusados sexualmente por clérigos. La verdad sale a la luz pública gracias a la información que los reporteros recolectan en bibliotecas, archivos, documentos oficiales y entrevistas. A partir del reportaje, se denunciaron abusos en 204 ciudades incluyendo México, Argentina, Colombia y Chile, entre otros países.
Decidí hablar de esta película porque la sociedad en la que vivimos se caracteriza por producir una gran cantidad de información que circula en espacios públicos. La información se ha vuelto un motor vital de la economía, la educación, el gobierno, la industria, el comercio, la política, etcétera. En las sociedades donde no hay información libre y pública se cometen abusos y se violan los derechos humanos. La información permite a las personas tomar decisiones sobre su vida y evaluar a sus gobiernos.
La época en la que vivimos se caracteriza por ser una sociedad abierta, es decir, existe una gran cantidad de medios y tecnologías que permiten a las personas informarse. En la película, el periódico de Boston revela ante la opinión pública información que había permanecido oculta. En estas sociedades sus habitantes tienen el derecho a la información, es decir, pueden conocer lo que ocurre en su entorno, es de interés público.
Por lo tanto, en la sociedad abierta las personas ejercen su libertad para informarse y expresar lo que piensan, porque los Estados reconocen estos derechos y porque existen tecnologías, como internet, las redes sociales digitales o los medios de comunicación que posibilitan la libertad de expresión.
El derecho a saber es la posibilidad que tiene toda persona para recibir, buscar y difundir información de forma libre, siempre y cuando no vulnere derechos de terceros, por ejemplo, la difusión de información falsa que dañe o ponga en riesgo la vida de las personas, como ha ocurrido durante la pandemia con las ‘noticias falsas’.
A nivel mundial 124 países reconocen el derecho a saber en constituciones y en leyes secundarias. En la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y en diversos tratados internacionales se reconoce que las sociedades actuales requieren de información para poder ejercer sus derechos. En México el derecho a la información está garantizado en el artículo 6° de la Constitución y en 32 leyes locales.
En nuestro país las y los ciudadanos tienen el derecho a conocer lo que hacen las instituciones públicas. En México hay 8 mil 240 sujetos obligados, entre ellos las presidencias municipales, partidos políticos, gobiernos estatales, entre otros. El INAI vigila el cumplimiento del derecho a la información, tutela y protege esta garantía de la sociedad.
En Estados Unidos, país en donde se ambienta la película, desde 1966 está vigente la Ley de Libertad de Información. Gracias a estos derechos, los periodistas de Spotlight tienen acceso a archivos y declaraciones públicas que les permiten construir historias y darlas a conocer. Como lo muestra esta cinta, el periodismo y los medios de comunicación se han convertido en aliados del derecho a saber para exhibir abusos y violaciones cometidas a los derechos humanos.
La autora es comisionada del INAI.